Alcalá, 8 de febrero.- La ciencia del espacio fascina. De hecho quizá lo esté haciendo más que nunca. La carrera por descubrir lugares en los que pueda habitar el ser humano y por saber si hay algún tipo de vida fuera de nuestro planeta, es algo que atrae a muchas personas, científicos o no,
Por eso noticias como la que se ha conocido ayer sobre la publicación en la revista Nature del hallazgo de un océano bajo la superficie helada de una de los 62 satélites conocidos de Saturno es algo enormemente importante.
La luna Mimas de Saturno guarda un secreto debajo de su capa helada y de sus cráteres. Según datos obtenidos por la sonda Cassini, debajo de una capa de hielo de entre 20 y 30 kilómetros de espesor se encuentra un océano de agua líquida.
Además, este océano se habría formado ‘recientemente’, concretamente hace menos de 25 millones de años. Este hallazgo hace que Mimas se sitúe como uno de los puntos más atractivos a la hora de investigar la formación de organismos vivos, ya que los primeros que se formaron en la Tierra nacieron de los primeros mares que se formaron hace miles de millones de años.
El astrónomo Valery Lainey considera en la revista ‘Nature’ que, de primeras, esta luna es “el lugar más improbable del sistema solar para buscar agua líquida”, ya que parece un lugar “viejo e inactivo con una enorme cantidad de cráteres”.
Mimas se convierte en la más pequeña de las cinco lunas de nuestro sistema solar con evidencia convincente de océanos subterráneos, junto con Encélado y Titán de Saturno, y Europa y Ganímedes de Júpiter, ha añadido Lainey. También hay sospechas de que hay océanos subterráneos en algunas otras lunas, incluida Calisto de Júpiter.
Las observaciones de la sonda Cassini de la superficie helada de Mimas no detectaron ninguna deformación que sugiriera la existencia de un océano debajo. No obstante, los investigadores determinaron que ciertos aspectos de su órbita solo podían explicarse por la presencia de un océano interno, no de un interior sólido.
La característica más emblemática de Mimas es el cráter Herschel, que se extiende hasta un tercio de su cara y le hace parecerse a la Estrella de la Muerte de la saga cinematográfica ‘Star Wars’. La luna de la Tierra es aproximadamente 2.000 veces más masiva que Mimas.