Alcalá, 8 de febrero.- La Casa de Soria de Alcalá ha celebrado esta tarde el Jueves Lardero, una tradición secular de las tierras sorianas en las que nació el refrán o dicho típico de ‘Jueves Lardero, pan, chorizo y huevo’. Los miembros de la Casa de Soria en Alcalá con su presidente al frente, Miguel Ángel Marrón Pacheco, disfrutaron de esa merienda típica de exceso gastronómico como antesala de la contención que llega con la Cuaresma. Lo hicieron en el restaurante de la Cueva de Antolín asistiendo como autoridades políticas el concejal de Fiestas y Tradiciones Populares, Antonio Saldaña y el de Salud, Teófilo Lozano, además del concejal socialista, Miguel Castillejo.
Con este acto la Casa de Soria ha vuelto a recordar esa tradición, ya que allí es típico el Jueves Lardero merendar pan, chorizo y huevo, viandas a las que, desde hace unos años, se ha juntado el popular torrezno. Esta merienda se suele tomar en familia, excepto en el caso de los jóvenes que, todos los años, se van a merendar al campo, algo que el propio presidente de la Casa ha recordado durante la merienda en la Cueva de Antolín.
Se trata de una tradición un tanto dura pues las temperaturas de esta época del año en Soria no es que sean de lo más agradable. Soria no es la única ciudad que celebra el Jueves Lardero entre chacinas, si acaso es una de las que mantiene más viva una tradición que, tiempo atrás, debía estar más extendida en toda España. En la cercana Aragón el refrán se transforma en “Jueves Lardero, longaniza en el puchero” y en las dos Castillas y Andalucía hay pueblos en los que existen tradiciones parecidas, con la carne de cerdo y los huevos como protagonistas.
Se cree que el origen del jueves lardero, como ocurre con todas las tradiciones de carnaval, se remonta a la Edad Media. Como pistoletazo de salida a estas fiestas, los vecinos se reunían y comían abundante carne de cerdo. Esto se hacía porque, llegada de la Cuaresma, debían abstenerse de comer carne, pero, además, como una muestra de cristiandad, en una época en que en España había muchos judíos y musulmanes conversos.