Alcalá, 28 de diciembre.- Hay dos realidades muy diferentes en el Centro de Acogida de Migrantes en el Acuartelamiento Primo de Rivera. Por una parte está la realidad oficial. En ella se dibuja un mundo de convivencia magnífica en la que se están celebrando las fiestas navideñas en armonía. No hay atisbo alguno de incidentes ni de problemas, ni en el interior ni en el exterior del centro. Se trata de dar la imagen de una ciudad y un país de acogida y cualquier incidente se considera que puede causar alarma, con lo cual no existe. Si hay un plan de seguridad no es más que algo anecdótico.
Pero luego está la realidad real, la de la cotidianeidad de un centro al que apenas ha llegado la mitad de los migrantes esperados pero en la que convivencia es cada vez más complicada y los incidentes se producen por las propias características del centro. El problema es que no se le pueden poner puertas al mar y son muchas las personas que intervienen en todo lo que acontece en el centro por lo que a pesar de que las instrucciones son que no hay incidentes y que si los hay no deben darse a conocer precisamente para no salir del guion establecido.
Y el último incidente data de ayer. Tres migrantes residentes, magrebíes para ser más exactos, protagonizaron una pelea en el interior del centro en la que tuvo que ser requerida la presencia policial. Los tres causantes de la pelea fueron trasladados a la comisaría donde se les tomó declaración. Después de complementar todos los trámites los tres pudieron salir de las dependencias policiales. Al regresar al centro, según las fuentes consultadas, no se las habría permitido el acceso al mismo con lo que habrían perdido el derecho a la residencia y los demás derechos que tienen los residentes. Esto significaría que habrían quedado en la calle.
Por supuesto que los incidentes no afectan a la mayor parte de los residentes pero eso no oculta que en el centro hay un problema, por mucho que la realidad oficial se empeñe en que no se conozca.
Al mar no se le pueden poner puertas, pero a las personas sí, y a los piratas también
No es normal que viviéramos en una ciudad pacífica y convirtamos Alcalá , patrimonio de la humanidad en una ciudad que da miedo, insegura, con delincuentes.Esas personas , sin nacionalidad Española ahora me las tengo que cruzar yo y mis seres queridos. Y yo no uso sus armas. Mis armas son la educación y convivencia. Qué tenemos que ponernos a su nivel? O salir temblando a ver si tengo suerte y no me toca.
No les dejan entrar y que van a hacer?
Tirados en la calle.
A su puñetera casa, están tardando en dolverles
Vamos q todos los q la líen van a la calle a robar, volar, atracar… Etc, q bonita se nos está quedando Alcalá
Hay q salir a manifestarse encontrá de estos ilegales
Les han echado a la calle? Y por qué no devuelta al mar?
Estamos gobernados por ineptos gracias a votantes ineptos