Arden varios coches el fin de semana en Alcalá, concretamente en la avenida Reyes Católicos y en la calle Núñez de Guzmán. Se investiga si los incendios fueron fortuitos o si por el contrario hay otra vez algún pirómano actuando por el distrito II.
Alcalá, 22 de mayo.- Otra vez ha vuelto incendios de vehículos en Alcalá. Concretamente ha sido el fin de semana y en un radio de acción relativamente corto. Se investiga si estos incendios han sido fortuitos o si por el contrario hay algún pirómano por la zona.
El primero de estos incendios ocurrió sobre las 6’30 horas de la madrugada del sábado 18 de mayo en la calle Núñez de Guzmán, a la altura del número 102. El fuego dejó destrozado un vehículo Range Rover afectando a otros tres que se encontraban estacionados junto al que ardió. Al lugar acudieron agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional, así como efectivos del parque de bomberos de la Comunidad de Madrid situado en Alcalá, cuyo personal intervino en la extinción del fuego. Las fuerzas policiales comenzaron indagaciones para tratar de conocer el origen del incendio.
El segundo de los siniestros tuvo lugar el domingo sobre las 3’30 horas de la madrugada. Ocurrió al final de la avenida de Reyes Católicos, muy cerca de la depuradora de aguas residuales urbanas. Allí, en una zona de camino con maleza, un lugar donde aparcan coches dada la falta de estacionamientos en la zona, ardió un todoterreno, al parecer un Volkswagen Tuareg. Al tratarse de un lugar apartado de las viviendas y muy poco transitado, no se activaron los servicios de emergencias hasta que las llamas eran visibles desde muy lejos. Entonces el fuego ya prácticamente había destruido el coche del que no se percibía prácticamente el modelo.
Además, las matrículas estaban desintegradas, fundidas por la carga calórica del fuego. El incendio también dejó en situación de siniestro total a un coche modelo Ford Kuga que se encontraba estacionado al lado.
Los bomberos emplearon un prolongado espacio de tiempo en extinguir el fuego y refrescar la zona. Incluso hubo suerte puesto que en el caso de que la maleza hubiera estado mucho más seca, las dimensiones del fuego hubieran sido mucho mayores provocándose un incendio de pasto que se hubiese extendido muchos metros cuadrados.