La Feria de la Gamba que ofrece cada año en la calle Libreros La Cueva de Antolín representa como pocas actividades de ferias la tradición hasta el punto de haberse convertido en un auténtico emblema en la celebración ferial complutense. Los más veteranos recuerdan con las gambas y raciones de La Cueva de Antolín, pero sobre todo con las gambas, aquellas ferias asentadas en la plaza de Cervantes como principal recinto ferias, en las que las casetas estaban en la calle Libreros y en las que la gastronomía más exquisita la ofrecían las gambas cocidas y las quisquillas.
En estas ferias y van ya más de cuarenta años, La Cueva de Antolín representa ese espíritu hostelero de la gastronomía de feria y ocio y lo hace con un producto de calidad y un excelente ambiente, que son las claves para que a diario sea difícil encontrar mesa para degustar las generosas raciones que se ofrecen.
La Feria de Día es hoy en Alcalá un elemento imprescindible para que el centro histórico de Alcalá viva a fondo la semana grande complutense. Proporciona ambiente en el barrio centro, especialmente en la plaza de Cervantes y aledaños.
Pero mucho antes de que existiera la Feria de Día, que como tal cumple ahora una docena de años, ya existía en la ciudad una iniciativa particular que puede presumir de ser la auténtica precursora; es la Feria de la Gamba de La Cueva de Antolín, con más de cuatro décadas de historia a sus espaldas.
El secreto de la Feria de la Gamba es ofrecer una alternativa hostelera con animación musical para dar ambiente en plenas fiestas complutenses, es decir, lo mismo que la Feria de Día pero con una sustancial diferencia: La Cueva de Antolín lo hace con un producto tradicional de la gastronomía ferial: la gamba.
La antigua feria de ganado, origen de las fiestas de Alcalá, era el momento en el que se podía consumir productos que no eran habituales para los habitantes de una ciudad como Alcalá, tan alejada del mar. Degustar unas gambas era algo casi exótico, algo reservado para los pudientes en cualquier otra época del año. Que llegaran gambas, quisquillas y otros productos de tal guisa, era un acontecimiento reservado a las ferias. La Cueva de Antolín supo ver esa oportunidad y recuperó esta pieza fundamental de la gastronomía de ferias como una ración para acompañar la cerveza, el refresco o el vino consumido en ferias.
El establecimiento que hoy dirige como gerente José Luis Moreno se ha ido adaptando a las demandas de los clientes y ofrece otros productos que ya son estrella como los mejillones al vapor, las ensaladas, las patatas bravas y tantas otras delicias con las que comer, cenar o tomar un aperitivo en ferias. “Sólo tenemos palabras de agradecimiento para nuestros clientes y para los alcalaínos por la confianza que nos han dado todo este tiempo”, concluyó José Luis Moreno.