Alcalá, 15 de febrero.- El secretario de la Fundación Rodolfo Benito Samaniego y padre del joven ingeniero industrial asesinado en los atentados yihaidistas del 11 de mayo, el alcalaíno Juan Benito, es el nuevo presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT) al ser nombrado por el gobierno de España, tras finalizar su mandato el anterior presidente, Tomás Caballero Martínez. Antes que él fueron presidentes Adolfo Suárez, Adolfo Suárez, Ana María Vidal-Abarca, Maite
Pagazaurtundúa y Mari Mar Blanco Garrido. Juan Benito ha aceptado el nombramiento por ser un reconocimiento a la labor que viene realizando la Fundación Rodolfo Benito Samaniego.
Hombre discreto a la vez que comprometido, no ha sido una persona que se haya promovido a nada, pero tampoco ha rehuido de una responsabilidad. Simplemente ha aceptado el nombramiento del gobierno para ser el presidente de la única entidad en el ámbito de la defensa de la memoria de las víctimas del terrorismo que nació del consenso.
De hecho la Fundación Víctimas del Terrorismo es una entidad sin ánimo de lucro española creada el 19 de diciembre de 2001, fruto del Pacto Antiterrorista acordado entre el Partido Popular, entonces en el gobierno, y el Partido Socialista Obrero Español, el principal partido de la oposición.
En ese acuerdo se estableció que “para promover esa colaboración, ambos partidos nos comprometemos a impulsar, junto con las asociaciones de víctimas, la creación de una Fundación en la que estén representadas dichas asociaciones que coordinará sus actividades con las fundaciones ya existentes”. Es por ello por lo que el nombramiento del presidente corre a cargo del gobierno de España a propuesta de la dirección general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, dependiente del ministerio del Interior. El presidente tiene la representación institucional de todas las víctimas del terrorismo.
Por eso el nombrar a Juan Benito presidente de la FVT es un reconocimiento implícito no sólo a su figura y a lo que supone en la defensa de valores democráticos y de tolerancia y respeto. Es también un reconocimiento a la labor que desarrollan todos los miembros de la Fundación Rodolfo Benito Samaniego. Y ha sido por eso, desde la discreción que siempre le ha caracterizado por lo que Juan Benito ha aceptado esta nueva responsabilidad que compatibilizará con su trabajo incansable dentro de la fundación dedicada a la memoria de suhijo y a promover, como viene haciendo desde 2004 esos valores que son la argamasa para
construir un mundo mejor.