El Museo Arqueológico y Paleontológico cumple mañana 25 años. Son cinco lustros en los que esta institución dirigida por el arqueólogo Enrique Baquedano se ha convertido en un foco cultural y científico de gran importancia.
Alcalá, 24 de mayo.- Mañana sábado 25 de mayo el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid cumple 25 años desde su inauguración y apertura al público. Se trata de una fecha que hay que señalar de forma especialmente destacada en el calendario de efemérides de Alcalá por la importancia que tiene para la historia complutense. Ese martes del mes de mayo de 1999 la ciudad alcalaína se convirtió en la capital arqueológica de la Comunidad de Madrid al inaugurarse en ella un centro que ya en sus orígenes tenía vocación de convertirse en un polo de atracción científica y cultural. Esto se ha cumplido con creces en estos cinco lustros.
El Museo es el gran regalo de la Comunidad de Madrid a Alcalá y eso es ya algo a destacar máxime cuando desde la ciudad complutense siempre se ha reivindicado a la institución regional que la diera el reconocimiento cultural y científico que merecía por su historia.
Aquel martes 25 de mayo de 1999 fue un día grande para la historia de una ciudad
que todavía tenía la resaca de la declaración de Patrimonio de la Humanidad muy
próxima ya que no llegaba a seis meses desde que se aprobó la inclusión por parte de la UNESCO de la candidatura de Alcalá.
Había elecciones municipales y autonómicas convocadas para el día 13 de junio y la inauguración del Museo Arqueológico Regional en el antiguo convento dominico de la Madre de Dios era una apuesta fundamental para el partido que en esos momentos gobernaba la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Alcalá, el Partido Popular.
Habían sido años de obras de rehabilitación de ese inmueble que permanecía cerrado al público desde su último uso: Juzgado, y una parte, como Casa de Socorro.
La importancia de la inauguración de un Museo Arqueológico Regional en Alcalá la
supo ver el fundador de PUERTA DE MADRID desde el primer momento. Sandalio
San Román siempre apostó por una institución dedicada a la divulgación científica y a la cultura con mayúsculas. Posiblemente el fuera de los primeros en darse cuenta de la trascendencia del museo.
Ese día descubrió la placa inaugural el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Estuvo acompañado por su consejero de Cultura, Gustavo Villapalos, y por el alcalde de Alcalá, Bartolomé González. El que entonces fuera primer edil es hoy director general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, dirección de la que hoy depende orgánicamente el museo en el organigrama de la Comunidad de Madrid.
Enrique Baquedano, director
Junto a las autoridades se encontraba el director del Museo, la persona a la que la
Comunidad de Madrid encomendó la tarea de musealizar los principales restos
arqueológicos que tenía en depósito la región. No hay que olvidar que 1985, fue el año en que traspasaron la competencias estatales en arqueología a las Comunidades Autónomas. Fue entonces cuando las administraciones afectadas acordaron convertir el antiguo convento de la Madre de Dios en el nuevo Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid.
En 1987 se iniciaron las obras de rehabilitación aunque no fue hasta diez años más tarde, en 1997, cuando se emitió el Decreto de creación del museo que oficializaba la existencia de la institución. Fue por entonces cuando se nombró a un reputado arqueólogo, Enrique Baquedano, la puesta en marcha del museo, es decir, esa musealización, depósito e investigación de las piezas arqueológicas halladas en la región. Si el museo fue un regalo de la Comunidad de Madrid a Alcalá, Baquedano fue otro regalo tan grande como el primero. El arqueólogo soriano llegaba con experiencia en la gestión puesto que fue director de Revista de Arqueología de 1982 a 1983 y, a continuación, fue nombrado director general de Patrimonio Cultural de Castilla y León (1983-1986). Asimismo participó en la redacción de la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985.
Posteriormente, fue asesor ejecutivo del Ministerio de Cultura en la Dirección General de Bellas Artes y Archivos (1987-1988) También dirigió el Círculo de Bellas Artes (1990-96). Baquedano daba con su nombramiento lustre al Museo pero aún le ha dado más en estos 25 años en los que definitivamente se ha convertido en uno de los grandes arqueólogos a nivel mundial.
Tuvo un coste de 6’5 millones de euros de los años noventa
La rehabilitación y puesta en funcionamiento del museo tuvo un importante coste
económico que financió la Comunidad de Madrid. El gasto entonces fue de 1.073
millones de pesetas puesto que esa era la moneda en curso todavía en España. En
euros serían casi 6,5 millones de euros pero estamos hablando de costes de finales
del siglo XX y no de 25 años después. Hoy el coste del museo sería de casi 11,5
millones de euros según el cálculo de la inflación en estos 25 años. De esa cantidad
de 1.073 millones de pesetas, 100 millones de pesetas, es decir, 600.000 euros, se
destinaron al mobiliario del museo que en sus orígenes tuvo una superficie de 4.300
metros cuadrados.
Exposiciones temporales y exposición permanente
El museo arrancó con una exposición temporal. Hubo que esperar al 6 de junio de
2003 para asistir a la inauguración de la Exposición Permanente pero ésta, que es
muy didáctica, interactiva y espectacular, no hace desmerecer, ni mucho menos, las
constantes exposiciones temporales que se han ido encadenando una tras otra. Ahí el oficio de Enrique Baquedano no ha dejado de sorprender y si una exposición temporal es espectacular, la siguiente lo está siendo aún más.
Otro hito histórico fue la apertura del Patio de cristales, que fue el 7 de mayo de
2007, claustro convertido en el gran auditorio y sala multifuncional del museo que ha permitido completar sus servicios e instalaciones y la programación de muchas
exposiciones temporales.
En 2020 la ampliación del museo permitió al centro ganar un 50 por ciento de espacio en las zonas expositivas, de formación e investigación, lo que ha posibilitad dotarlo de una nueva sala de paleontología.
El museo tiene también una sede por inaugurar en el Valle de los Neandertales en
Pinilla, muy cerca del yacimiento arqueológico que dirige el propio Enrique
Baquedano. Esta sede depende del propio Museo.
Y ahora queda para el futuro la realización de la Casa de los Arqueólogos en las
ruinas del archivo general en el antiguo Palacio Arzobispal que se convertirá en el
epicentro nacional e internacional de la arqueología y que elevará al Museo
definitivamente a una categoría máxima entre los grandes de todo el mundo.