Alcalá, 28 de marzo.- El obispo complutense, monseñor Antonio Prieto, ha presidido hoy Jueves Santo el primer monumento del Triduo Pascual en el que se conmemora la Última Cena de Cristo, y en él ha lavado los pies a doce fieles miembros de la Adoración Nocturna para recordar el lavatorio de pies que realizó Jesucristo a sus doce apóstoles en la Última Cena como acto de servidumbre y amor hasta el final. Este memorial que repiten el Jueves Santo todos los sacerdotes con doce fieles es el propio del inicio del Triduo Pascual.
En los oficios de este primer capítulo del Triduo Pascual se conmemora la Última
Cena de Jesucristo antes de ser prendido e iniciar su pasión y muerte.
Como ha explicado el obispo en la homilía, el Jueves Santo se conmemoran tres aspectos fundamentales para la Iglesia Católica que forman parte de la liturgia: Es la institución del la Eucaristía, la del sacerdocio y la dación del mandamiento nuevo que dio Cristo, el del amor al prójimo.
Tras la homilía el obispo se ha quitado los símbolos de su dignidad episcopal, y sobre el alba, que es la túnica base del sacerdote, se ha ceñido una toalla, ha tomado una palangana y lavado los pies a doce fieles.