Alcalá, 3 de febrero.- Llamar casa al lugar donde se encontraba el zulo en el que era maniatada Raina, la búlgara de 38 años y agredida física y sexualmente por su pareja ‘El Puma’ en la vega del Tajuña, en Pezuela de las Torres, es demasiado pretencioso. La basura en la finca de los horrores era parte de un ambiente insalubre con mucha suciedad acumulada, sin luz, y abarrotado de objetos viejos. Es difícil pensar que alguien pudiera vivir allí con un mínimo de normalidad, pero partiendo de la base del horror sufrido por Raina desde luego la normalidad tenía un umbral muy diferente al que pudiera tener cualquier persona.
En esta relación tóxica que El Puma tenía con Raina al parecer tenía mucho que ver la droga. El hombre de 50 años de edad, Luis es un toxicómano muy conocido en el municipio y contaba con antecedentes por tráfico de drogas, delitos contra seguridad vial, contra el patrimonio, amenazas y violencia de género, por relaciones anteriores. El Puma tenía en la finca un criadero de perros y hasta ellos llegó también el maltrato.
La investigación se inició el viernes 26 de enero a raíz de una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil en la localidad de Villalbilla. Raina había conseguido apoderarse de un cúter con el que logró cortar las cuerdas y bridas que le ataban de pies y manos y salir del zulo aprovechando que El Puma no estaba en la casa; por eso la dejó atada. La búlgara cruzó la carretera que une Pezuela con Fuentenovilla y Mondéjar ya en Guadalajara para pedir ayuda en la gasolinera. Desde allí fue llebada al cuartel de la Guardia Civil de Villalbilla.
La mujer, de 38 años origen búlgaro, manifestó haber sido retenida durante cuatro horas con bridas en un zulo dentro de una finca, lugar donde fue agredida sexual y físicamente por su compañero sentimental. La víctima presentaba heridas y marcas en diferentes partes de su cuerpo y fue ingresada en el hospital para curarle las heridas físicas y emocionales.
Ante la gravedad de los hechos, especialistas en Policía Judicial se desplazaron hasta el hospital donde se encontraba la mujer y corroboraron la versión de la víctima al conocer el parte médicos. Los agentes descubrieron además que hace cinco días la víctima había sufrido un aborto en un hospital, que según la médico forense podía ser compatible con los golpes recibidos. Y que dicho aborto habría sido el desencadenante de los hechos violentos.
Alto grado de violencia
Debido al alto grado de violencia empleado por el presunto autor, el mismo viernes los guardias civiles solicitaron al Juzgado competente la entrada en la finca donde habían sucedido los hechos, accediendo esa misma tarde. Y en una de las habitaciones, en la del agresor, vieron un agujero de 30 por 30 centímetros que da acceso a lo que la víctima les había manifestado como zulo soterrado.
Estaba tapado con una losa, con escaleras que coincide con la descripción facilitada por la víctima. Este agujero tiene 1,70 metros cuadrados y una altura de 1,70 metros. Los agentes encontraron numerosas bridas, armas blancas y una escopeta de aire comprimido. Era un entorno totalmente insalubre, con mucha suciedad acumulada, sin luz, y abarrotado de objetos y basura.