El tronco del hospital, que realmente lo es del campus de la Universidad ya que fue esta institución la que lo trajo y lo instaló en la rotonda junto a la entrada de urgencias del hospital Príncipe de Asturias, es otro de las curiosidades de las muchas que hay en lo que fue el antiguo aeródromo Barberán y Collar y hoy es el campus externo universitario. En la Universidad de Alcalá se le denomina ‘la tronca’ y así consta en la placa que se colocó en la peana de granito que diseñó el arquitecto Antonio Fernández Alba para sostener y mostrar este monumento de la naturaleza. Se trata del tronco de un castaño de 1.800 años de edad abatido por una tormenta a finales del siglo XX. La historia del tronco, que pasamos a relatarles, es tan curiosa como el mismo tronco.
Por aquel entonces el prestigioso arquitecto Antonio Fernández Alba se encontraba supervisando las obras de su proyecto arquitectónico de la escuela politécnica del campus externo de la Universidad. Antes de esa obra también había trabajado en la facultad de Derecho. Ambos centros tienen en su diseño ese inconfundible estilo del arquitecto salmantino que hoy tiene 95 años de edad y que es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Junto con la obra del Politécnico en el urbanismo del campus externo se diseñó una rotonda que distribuyera el tráfico hacia las urgencias del hospital, hacia el norte del campus para dar acceso al propio politécnico y hacia el sur. En la construcción de esa rotonda, la más importante del campus porque distribuye el tráfico a todos los puntos y direcciones de mismo, intervino la Comunidad de Madrid.
Fue el propio Antonio Fernández Alba el que habló de la existencia del tronco de un árbol milenario a los arquitectos de la Universidad y al entonces rector Manuel Gala y que podría instalarse en la nueva rotonda.
Ese tronco era de un castaño abatido por una tormenta en el bosque de una finca situada en Guadalupe (Cáceres), donde se encuentra el palacio de Mirabel. El propietario del mismo, Joaquín Vázquez Alonso, se mostraba dispuesto a donarlo a la Universidad de Alcalá y ésta sólo tenía que hacerse cargo de la logística de la operación, el transporte del tronco hasta el campus universitario. Esta operación no era precisamente sencilla puesto que hubo que abrir un camino de 1.200 metros que posibilitara el acceso a un camión al lugar en el que se encontraba el tronco en una operación costó dos semanas y 800.000 pesetas de la época, año 1997, es decir, casi 5.000 euros. El tronco tiene un peso de unos 3.000 kilos.
Al lugar se desplazaron técnicos de la Universidad para dirigir el trabajo de carga del tronco. Concretamente dirigieron ese arduo trabajo el ingeniero de caminos Lucio Mata y el arquitecto Carlos Clemente. Pero la operación merecía la pena por la monumentalidad de un tronco de casi 2.000 años. El propio rector de la Universidad, Manuel Gala, fue a ver el tronco al bosque en que se encontraba caído y que de no retirarse hubiera acabado podrido; no tuvo dudas y ordenó su traslado a Alcalá para con el paso del tiempo convertirse en un símbolo a la naturaleza a pocos metros del Jardín Botánico.
El palacio de Mirabel
El impresionante castaño se encontraba en la finca del Palacio de Mirabel, propiedad de Joaquín Vázquez Alonso, que formalizó la donación de la tronca. El palacio tiene además una curiosa historia.
La Granja de Mirabel es un palacio situado a 5 kilómetros al suroeste de la localidad española de Guadalupe, en la provincia de Cáceres. Ubicado en las estribaciones de la sierra de las Villuercas, ha sido declarado monumento nacional y bien de interés cultural.
Historia
Situado entre los valles de Valdegracia e Infierno, se encuentra rodeado por bosques de castaños. Comenzada a construir en el siglo XIV, fue donada a los monjes de Guadalupe en el siglo XV, momento en el que adquirió su actual configuración para servir de residencia a los Reyes Católicos y sus hijos. En ella murió Juan de Zúñiga, el último gran maestre de la Orden de Alcántara, en 1504. Después pasó a formar parte de las dependencias de los propios monjes del Monasterio, sirviendo también de residencia a los reyes y nobles que visitaban la cercana Guadalupe.
Durante la desamortización de Mendizábal pasó a manos del marqués de la Romana. Personajes como Alfonso XIII, Raniero III de Mónaco, o Miguel de Unamuno residieron en ella sigue en manos privadas.
El 3 de junio de 1931, durante la Segunda República, fue declarada monumento histórico-artístico perteneciente al tesoro nacional, mediante un decreto publicado el día siguiente en la Gaceta de Madrid, con la rúbrica del presidente del Gobierno provisional, Niceto Alcalá-Zamora, y del ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo.
El donante del tronco fue el empresario Joaquín Vázquez Alonso, que este año ha recibido el título de Hijo Predilecto de Guadalupe a título póstumo, por su trayectoria personal y empresarial, en la que destaca la Cruz al Mérito Civil entregada por el rey Juan Carlos I, además de otros reconocimientos que ponen de relieve su aportación humanista y profesional. Joaquín Vázquez representó en primera persona el carisma innato de Guadalupe y su hospitalidad como bien atestigua la propia Universidad de Alcalá.