El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid estudiará la viabilidad de convertir en un futuro museo de la ciudad el refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado en la plaza de Cervantes y tambiérn procederá a restaurar y musealizar el aljibe del castillo Alcalá la Vieja tal y como anunció la presidenta regional al término del Consejo de Gobierno celebrado el pasado miércoles en Alcalá. El buen estado en que se encuentra el refugio y el propio deseo del gobierno municipal complutense, sobre todo del concejal de Patrimonio Histórico Vicente Pérez Palomar de convertirlo en un museo visitable es lo que ha hecho que desde el consistorio se pida ayuda a la Comunidad de Madrid cuyos técnicos estudiarán la mejor manera de musealizar el refugio.
La idea es que el refugio antiaéreo de la Guerra Civil de la Plaza de Cervantes se convierrta en un museo que puedan visitar vecinos y visitantes y que sea un recurso turístico más para la ciudad. En el horizonte no sólo estarán los contenidos que tenga el refugio como museo, sino también la cuestión técnica del acceso. No se puede olvidar que la entrada está en uno de los parterres de césped y flores de la plaza de Cervantews.
El hallazgo se produjo, según la alcalxdesa, gracias al convencimiento del concejal de Patrimonio y extécnico municipal, Vicente Pérez, de que el refugio todavía se encontraba en pie y en buenas condiciones. “Es impresionante”, ha asegurado la primera edil sobre el espacio que servía a
los alcalaínos para ponerse a salvo de los bombardeos durante la Guerra Civil.
“Por eso, queremos que sea posible su musealización y que tanto los alcalaínos como cualquier persona que venga a la ciudad pueda verlo y disfrutarlo”, ha manifestado, tras conocer las cifras turísticas de un 2023 en el que Alcalá ha batido todos los récords de visitantes, ya que no solo se han recuperado las cifras de 2019, año prepandemia, sino que se ha registrado un alza del 12% respecto a aquel año.
El refugio está en magnífico estado como ya ha publicado El Puert@. Tiene tan excelente estado de conservación que hasta se ha encontrado el antiguo diferencial eléctrico y los interruptores cerámicos que lo iluminaban cuando los vecinos se refugiaban al producirse algún bombardeo.
La excavación del refugio ha sido una apuesta exclusiva del actual equipo de gobierno puesto que no había previsiones de realizar una excavación arqueológica de este refugio del que se sabía por referencias documentales y testimonios de personas que se encontraba allí. Y si se ha hecho en estas fechas en la que las fiestas de Navidad llenan la plaza es porque si se quería que la excavación entrara dentro de los fondos europeos y no perder esa subvención, había que hacerlo antes de fin de año. El artífice de la excavación, el concejal de Patrimonio Histórico, Vicente Pérez Palomar, ya antes de ser elegido edil, y como técnico de la concejalía de Patrimonio Histórico, había recomendado la excavación antes de realizar cualquier obra en el interior de la plaza a fin de al menos conocer en qué estado se encontraba el refugio y documentarlo científicamente.
Esa documentación que ahora se ha podido realizar con la excavación ha abierto debate entre arqueólogos e historiadores. Tiene que ver con las dimensiones del refugio y de lo que se ha investigado en el archivo municipal donde al parecer se habla de la construcción de un refugio para 1.000 personas en la plaza de Cervantes. Sin embargo la estancia excavada tiene una longitud de 40 metros y dos metros y diez centímetros de ancho y otros dos metros y diez centímetros de alto. Es decir, la superficie del refugio es de 84 metros cuadrados y ahí era imposible que cupieran 1.000 personas. El debate abierto es si el refugio tiene continuidad por lo que habría que seguir excavando, o si era ese habitáculo. Se sabe que tenía dos entradas por lo que los técnicos se inclinan por el hecho de que lo encontrado es lo que se construyó y que no habrá más por lo que lo de el millar de personas sería una previsión antes de su construcción y que la realidad fue mucho más modesta. Lo que sí se ha podido demostrar en la excavación fue la utilización de sillares de la antigua iglesia de Santa María en la misma plaza de Cervantes, sillares que se ven perfectamente en el refugio que sobre todo destaca por la solidez. Al término de la guerra se tapió y ahí ha continuado la vida pasando con toda la actividad de la plaza. Baste decir que hoy la maquina refrigeradora para la pista de hielo se encuentra justo encima del refugio, lo que indica la resistencia que tiene. Auténticamente a prueba de bombardeos.