Alcalá, 2 de enero.- El día 1 de enero es el día de los buenos propósitos pero que a menudo se quedan en eso, buenos propósitos incumplidos. Sin embargo no es el caso para los atletas complutenses vinculados muchos al club Ajalkalá pero también a otros clubes. Con la organización de atletas como Javier García Morán y Fernando Narro, ayer 1 de enero ha vuelto a celebrarse la subida al Ecce Homo como una tradición que lleva más de 25 años realizándose el día de Año Nuevo en Alcalá.
El encuentro de atletas de este año coincidió con una mañana nublado y con algo de frío. En la cita estuvieron en total 110 participantes que comprobaron los efectos de las lluvias en la pista forestal que lleva desde el aparcamiento del parque de los Cerros hasta el Ecce Homo. Esto hizo imposible que un coche de la Policía Local o de los Guardas Forestales subiera un refrigerio, unos polvorones para los participantes en la subida y que éstos tuvieran que poner toda su atención para evitar lesiones o caídas porque el suelo estaba en mal estado.
La sorpresa fue al llegar a la cima del Ecce Homo, el punto más alto de la geografía complutense. Ya en las últimas estribaciones los atletas encontraron niebla y essta se hizo mayor aún en la cima de tal manera que no tuvieron las espectaculares vistas del valle del Henares y de Alcalá en general.
Así es que, sin las magníficas vistas, con una temperatura que sin ser especialmente fría tampoco era agradable y sin poder brindar ni tomar unos polvorones, la subida dio paso al descenso para completar la ruta con una distancia de 11’5 kilómetros recorridos.
Esa subida, lo recordamos todos los años, empezó siendo una simple reunión de compañeros y amigos en el deporte del atletismo y vinculados al Club Ajalkalá para empezar el año de la manera más original y más atractiva para ellos, que es haciendo deporte. Pero después de más de veinte ediciones ya celebradas es una cita imprescindible a la que ya se suman atletas de otras localidades que vienen atraídos por un excelente ambiente y por la originalidad de la cita. No hay ningún objetivo de batir récord alguno, ni de participación, ni de velocidad, sino que es lo anteriormente dicho, una reunión de amigos que se felicitan el año nuevo y lo hacen como les gusta, corriendo.
Aun algunos recuerdan aquella primera edición de la subida al Ecce Homo cuando 17 corredores desafiaron el frío de aquel lejano 1 de enero para hacer la locura de subir corriendo el cerro cuando la mayor parte de la población dormía en sus casas después de una larga noche de celebración.
Por eso la cita triunfó porque al final es el deporte en su estado más puro, sin ánimos de competir, con la única pretensión de divertirse y de empezar el año de la manera más saludable posible, lo que prima en una de estas actividades que nacen de forma espontánea pero que se convierten rápidamente en algo muy querido.
Son algo más de seis kilómetros de subida, no precisamente liviana, y otros tantos de bajada hasta el aparcamiento del parque de los Cerros. El caso es realizar ese esfuerzo saludable para empezar con buen pie el nuevo año; muchos hacen la subida corriendo a un ritmo muy cómodo para que puedan hacerla los más preparados y los menos, que sea una actividad en grupo y agradable para todos. Pero también hay quien sale una hora antes y realiza la subida a pie.