Alcalá, 7 de marzo (EFE).- El portero acusado de matar a un cliente en un bar de Garena Plaza ha afirmado hoy en la vista que se celebra en la Audiencia Provincial que lo hizo por un impulso debido a las amenazas que recibió antes por parte de las víctimas, y ha asegurado que pidió que las atendieran antes de irse y que está “muy arrepentido” porque nunca pensó “que se pudiera quitar la vida a una persona de una patada”.
La Audiencia Provincial de Madrid ha continuado este jueves el juicio con jurado contra Andrés G.N., para el que la Fiscalía pide quince años y medio de prisión por un delito de homicidio y lesiones, mientras que la acusación particular ejercida por la pareja del fallecido pide 21 años por un delito de asesinato.
Según ha relatado el acusado, hacia las cinco de la madrugada del 5 de marzo de 2022 entraron al bar Marvel tres chicos y una chica, y acto seguido entró un compañero de otro bar, el Bombasa, para comunicarle a él y otros compañeros de seguridad que “habían tenido una reyerta con ellos y que iban agresivos”.
El procesado ha explicado que el jefe de seguridad del local le dijo que esas personas tenían un problema con las copas, aunque la chica del grupo le aseguró que no pasaba nada.
Cuando el procesado iba a salir vio que esas personas empezaban a discutir y por eso las invitaron a irse, y una vez fuera uno de los chicos del grupo, que llevaba sudadera, le dijo que le iba a matar. “Le di”, ha reconocido el acusado, que ha asegurado que creyó que ese joven estaba armado “porque se metía la mano en el bolsillo”.
Luego golpeó a otro hombre que había a su derecha, al ver que avanzó. “Mi cuerpo reaccionó así, fue el impulso por las amenazas que recibí dentro”, ha argumentado.
Tras golpear al segundo cliente, el acusado ha explicado que metió a la gente dentro del bar para que nadie hiciera daño a las víctimas pues, “normalmente, en la noche, a la gente aunque esté en suelo tirada la siguen golpeando”.
Un vez dentro del bar pidió que llamaran a una ambulancia y el jefe de seguridad le dijo que se fuera para no incrementar la pelea. Según su relato, cuando él se fue las víctimas ya estaban atendidas.
“Estoy muy arrepentido de lo que pasó y en ningún momento pensé que se pudiera quitar la vida a una persona de una patada”, ha afirmado.
El fiscal ha mantenido la petición de 15 años y medio de cárcel, pero ha cambiado la versión de los hechos al considerar que el fallecido recibió primero un golpe y después una patada.
Los letrados de la acusaciones particulares que ejercen los padres y de la pareja del fallecido han mantenido sus peticiones de 15 y 21 años de prisión respectivamente, pero, el letrado de los padres de la víctima ha pedido que se considere al dueño del local como responsable civil subsidiario.
El letrado de la defensa ha mantenido que fue un homicidio imprudente.
© 2023 Elpuerta.com - Información de la ciudad de Alcalá y su comarca.
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