Unas 15.000 personas, según los organizadores, y 8.000 según la delegación del gobierno, se manifestaron en las inmediaciones del Templo de Debod, en Madrid, para protestar por los pactos del Gobierno con los independentistas y muy especialmente por el proceso de negociación abierto en el extranjero que involucra a un supuesto “mediador internacional”.
Las cifras pueden parecer modestas pero si tenemos en cuenta que fue un acto de partido no lo son tanto. Entre los asistentes al acto de protesta hubo una nutrida representación del Partido Popular de Alcalá, con la alcaldesa Judith Piquet a la cabeza.
El acto fue abierto por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien criticó la negociación del Gobierno con los independentistas catalanes y afirmó que “no necesitamos un mediador entre un prófugo de la democracia y un prófugo de la justicia”. Reivindicó el papel de la Constitución y apeló al “optimismo en España”, confiando en la fuerza de la democracia española frente a “los objetivos de los enemigos de la Constitución”.
En su intervención en el acto el presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo criticó duramente la humillación que supone para España plegarse a las exigencias de los independentistas quienes requieren la intervención de “un mediador internacional” para que decida cómo tiene que ser la relación entre el Estado y una de sus Comunidades Autónomas. Considera que es una indignidad decidir en un país extranjero, con la supuesta mediación de un “ciudadano guatemalteco” lo que es a todas luces un asunto interno español.
“El Gobierno nos quiere quietos -dijo Feijóo- con las manos en alto, contemplando el atraco a nuestra igualdad” y añadió a continuación que “si no les gusta el caldo que ellos mismos están cultivando -en alusión a las protestas y manifestaciones continuadas- tendrán varias tazas democráticas al día”.
Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su intervención afirmó que “el proyecto de Sánchez va contra la unidad de España y sólo tiene el objetivo de que no gobierne el PP”. Haciendo uso de un lenguaje contundente, llegó a decir que “las reuniones de Ginebra suponen de facto dejar a España bajo el control de un comisario político y que nos deja a la altura de las FARC”.
Transcurrido el acto, unos mil manifestantes -según la Delegación del Gobierno- se trasladaron a la vecina calle Ferraz, donde se encuentra la sede del PSOE, para continuar con las protestas.