Alcalá, 9 de enero.- El intenso trabajo de la Fundación Antezana en los últimos años ha permitido que el antiguo hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, que lleva más de cinco siglos dedicado a la atención asistencial sanitaria en el mismo lugar en que se creó y de forma ininterrumpida, se haya convertido en un centro moderno y de referencia en cuanto a esa labor asistencial, pero también en una joya histórica que merece la pena conocer puesto que además se ha vestido de largo mostrando todas las galas de su rico patrimonio histórico. Y no son pocas. La gran novedad es que a raíz de la investigación realizada por el historiador Gonzalo Gómez en el archivo de la fundación, ésta ha realizado una musealización del conjunto histórico del Hospital de Antezana, integrando sus espacios a través de un hilo narrativo que muestra con claridad los lugares dedicados al tratamiento médico y cuidado de enfermos desde el siglo XVI. Se trata de una auténtica joya, un museo único en España según prestigiosos médicos y farmacéuticos que relatan la actividad de un centro que en aquella época desarrolló una medicina de vanguardia e innovadora en España y en el mundo occidental.
La visita al Museo de la Medicina del Siglo de Oro no defrauda. No es poco lo que se muestra ni carece de valor. Son tres cuartos de hora de visita en los que se conoce un hospital que en el Siglo de Oro sería como cualquiera de los grandes centros médicos de hoy que todo el mundo tiene en la cabeza por su fama. La diferencia es que el antiguo hospital de Antezana realizaba una medicina asistencial gratuita para los más necesitados porque para eso lo crearon el matrimonio formado por Luis de Antezana e Isabel de Guzmán como así recuerda el presidente del patronato de la Fundación, Asensio Esteban.
En la visita al museo, se conocen espacios que a través de la investigación se han podido definir y que con el trabajo realizado han quedado definidos con una nueva señalética. Se pueden conocer la botica, el jardín del boticario, , la sala de mujeres (sala del hospital), la sala de médicos, la enfermería, así como espacios clásicos de la tradicional visita al hospital de Antezana como son su iglesia, recientemente rehabilitada, la capilla de San Ignacio de Loyola, la sacristía de jesuitas, la cámara y cocina de San Ignacio de Loyola y, por supuesto, el patio.
La sala de Enfermería de Mujeres, en el ala este del patio mudéjar, incluye la recreación de una antigua habitación de enfermería que, junto a esos renovados carteles y el material de las vitrinas, ponen en valor la historia que detallan los archivos de la institución en torno a lo ocurrido en el Siglo de Oro en el Hospital de Antezana, lo que en según el historiador Gonzalo Gómez “fue una importante revolución sanitaria, que reintegró al enfermo en la sociedad con dignidad, tal y como promovió posteriormente el prestigioso doctor y humanista Juan Luis Vives, además de profesionalizar la labor de la enfermería, pues en Antezana se creó en 1573 el primer cuerpo de enfermeras”.
Los MIR nacieron en el hospital de Antezana
Pero también los Médicos Internos Residentes de hoy en día nacieron en el hospital de Antezana porque a él acudían los estudiantes de Medicina de la antigua universidad creada por el Cardenal Cisneros a hacer sus prácticas y labor asistencial. Y no sólo eso; los médicos del hospital de Antezana eran los catedráticos de la Universidad de Alcalá; muchos de ellos pasaban de ejercer la medicina en el hospital de Antezana, a ser médicos de cámara de los reyes de España y de la familia real.
Una parte del espacio expositivo se dedica a mostrar el origen del Hospital de Antezana y el de sus fundadores y patrimonio y como espacio que llama mucho la atención se ha creado un pequeño y encantador jardín de plantas medicinales en el que se han plantado aquellas que aparecen en muchas de las recetas que se han encontrado en el archivo y que Gonzalo Gómez ha documentado.
Hay que reconocer, tal y como subraya Asensio Esteban, que el inicio del hospital data de 1483 a raíz del testamento del matrimonio Antezana, pero el antecedente estaba en el antiguo hospital de San Julián, del que se hicieron cargo los Antezana, por lo que estamos hablando de un siglo antes como antecedente.
Polifuncional
La institución puede presumir de las riquísimas vertientes que proceden de su pasado y enriquecen su actual devenir de forma polifuncional. Mantiene su carácter asistencial que es su razón de ser. Y lo hace con una calidad propia del siglo XXI lo que ha requerido de una importante adaptación y un prolijo trabajo que se ha visto reconocido por un hecho que habla de esos niveles de calidad tan altos: Durante la pandemia no hubo un solo contagio de residentes cuando de todos es sabido que en las residencias de mayores públicas y privadas los fallecidos se podían contar por centenares.
Asensio Esteban y Gonzalo Gómez también subrayan la dimensión cultural y religiosa que la institución ofrece a la ciudad de Alcalá y que también parte de sus orígenes. Los espectáculos culturales y las celebraciones religiosas hoy abiertas a todos los alcalaínos eran servicios que el hospital prestaba a sus propios pacientes.
Y por último, cabe destacar otro aspecto fundamental que la fundación Antezana sabe de su valor intrínseco. Es el paso por el antiguo hospital de Íñigo López, es decir, San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, los jesuitas. Vino como estudiante a la Universidad y se ofreció al hospital de Antezana para prestar servicio en el mismo. Lo hizo como cocinero. Según Asensio Esteban y Gonzalo Gómez las vivencias de San Ignacio de Loyola en el hospital de Antezana sirvieron para poner las bases de la Compañía de Jesús años después. La experiencia alcalaína de San Ignacio fue tan importante que a los miembros de la Compañía les decía cuando viajaban a Roma que en lugar de alojarse en palacios, lo hicieran en hospitales asistenciales como él hizo.