Alcalá, 16 de diciembre.- La Asociación Cultural de Hijos y Amigos de Alcalá y el grupo Pliego de Cordel han realizado ante la ermita de Santa Lucía la tradicional hoguera que recuerda el fin de un ciclo y el inicio de uno nuevo que llega cargado de esperanzas después de haber quemado en la hoguera todo lo malo.
El secreto del trasto viejo que se ha quemado ha quedado desvelado poco antes en la plaza de Cervantes. Este año los Hijos de Alcalá y el grupo Pliego de Alcalá han quemado simbólicamente todo lo pernicioso de la inteligencia artificial, sus malas aplicaciones, lo que desvirtúa todo lo favorable que tienen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Los prendedores este año han sido dos, concretamente los compañeros de Onda Cero Alcalá Alejandro Domínguez y Paloma Garaboa, por su programa Más de Uno, que recibieron el nombramiento y los dos encendedores de la presidenta de la Asociación Cultural de Hijos y Amigos de Alcalá, María del Carmen Díaz Corcobado.
Poco antes la comitiva ha salido de la plaza de Cervantes por la calle Mayor acompañada por la música de las dulzainas de un encuentro de dulzaineros que ya son fijos cada año en Alcalá procedentes de Madrid, de Guadalajara y de otros lugares.
Ya en el espacio entre la lonja de la Magistral y la ermita de Santa Lucía se ha encendido por parte de los prendedores la hoguera con el palo con el que se encendió la última a finales de los años sesenta del siglo XX. Un palo que es todo un símbolo, una suerte de reliquia del pasado reciente de Alcalá que guardó el cronista de la ciudad, José García Saldaña, y que entrego a los Hijos de Alcalá cuando se creó la asociación para rescatar esa bella tradición de la hoguera de Santa Lucía.
En la hoguera se ha servido el vino dulce y los dulzaineros han tocado su música mientras la hoguera ardía ante la vigilancia de los bomberos hasta que han acabado los últimos rescoldos del trasto viejo.