Alcalá de Henares, 9-octubre-2023.- Los Premios Ciudad de Alcalá han vivido una de las galas más brillantes de su más de medio siglo de trayectoria merced a la presencia de Raphael, que ha recibido el Premio de las Artes y las Letras y que ha aprovechado este reconocimiento para testimoniar su amor por una ciudad a la que, ha asegurado, seguirá viniendo para cantar. “Y cuanto antes mejor”, ha sentenciado.
En un Teatro Salón Cervantes abarrotado, la gala de entrega ha estado presidida por la alcaldesa, Judith Piquet, acompañada por el consejero de Cultura, Mariano de Paco; los tenientes de alcalde, Isabel Ruiz, Víctor Acosta y Gustavo Severien, el concejal de Cultura, Santiago Alonso; el director para las Artes y Cultura de la Universidad de Alcalá, José Raúl Fernández del Castillo; y el hijo de Arsenio Lope Huerta, Iván Lope. También han estado presentes la práctica totalidad del equipo de Gobierno y representantes de todos los grupos municipales.
En el escenario Raphael ha estado arropado por el resto de galardonados en esta 54 edición de los Premios Ciudad de Alcalá, todo un privilegio para el intérprete de Yo soy aquel. “Es una maravilla poder asistir a este momento de mi vida, pues la mayoría de las veces no puedo estar presente en este tipo de reconocimientos”, ha señalado el cantante.
Raphael ha recordado que hace veinte años fue nombrado miembro del Claustro de las Artes de la Universidad de Alcalá, así como sus visitas constantes a nuestra ciudad para dar conciertos; una costumbre a la que no piensa renunciar. “Nos volveremos a ver aquí porque me hace feliz estrechar lazos con esta ciudad tan envuelta en las artes”, ha expresado poco después de recibir su medalla acreditativa de manos de la alcaldesa.
Ésta ha alabado la “excelencia” sin parangón de Raphael, además de su capacidad para conectar con la sensibilidad de tantas personas, tan diferentes y tan distantes en el tiempo y en el espacio. “Tú has hecho vibrar, reír, llorar y sentir a millones de personas en el mundo; te has convertido en parte de sus vidas. Y eso es un privilegio que está al alcance de muy pocos seres humanos”, ha apostillado Piquet, que también ha querido subrayar la larga trayectoria de los Premios Ciudad de Alcalá, como el mejor ejemplo de “la devoción y la sensibilidad con las que los alcalaínos y las alcalaínas de diferentes generaciones han impulsado estos reconocimientos al talento en la creación artística, la investigación, la comunicación, la protección del patrimonio histórico o el civismo”.
En una gala conducida por el periodista Raúl Pacheco, que contó además con la música en vivo de Carlitos Chacal, el cuadro de honor de la edición 54 de los Ciudad de Alcalá se ha completado con los siguientes nombres: Antonio Rivero Taravillo ha recibido el premio como ganador en Poesía; Sílvia Ardévol Sala, en Narrativa; Jacobo Rivero Rodríguez, en Periodismo; Alejandro Botubol Bolaños, en Artes Visuales; Vicente Fraga, en Fotografía; Pablo Cano Sanz, en Investigación Histórica; la Fundación Antezana, en Arquitectura; y el colectivo CAJE, en Valores Cívicos. Todos recibieron el trofeo acreditativo del premio, diseño exclusivo del escultor alcalaíno Jorge Varas.
Los galardones literarios
El capítulo literario incluye los premios con más solera dentro de los Ciudad de Alcalá. El poeta, narrador, ensayista y traductor Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), que no ha podido acudir a la gala por motivos de salud, ha desarrollado toda su carrera literaria desde Sevilla. Aunque ha tocado todos los géneros, ha sido la poesía donde más ha despuntado, con más de una docena de poemarios. El titulado Ahora ha sido el reconocido con el Ciudad de Alcalá de Poesía, por su “variación de estilos y medidas”, según el acta del jurado.
El actor Jacinto Montes de Oca fue el encargado de recoger en su nombre el premio de manos del concejal de Cultura, Santiago Alonso, y además leyó uno de los poemas del galardonado, titulado Sylvia Plath en París.
De Sílvia Ardévol (Barcelona, 1978) el jurado ha destacado “la alternancia de puntos de vista” y la trama en la que conjuga con armonía “la novela y la historia” en su obra La sonrisa de Aglaia. Ardévol es licenciada en Filología Inglesa y ejerce como profesora y traductora con una devoción especial por los títulos y los autores clásicos, “porque permiten ahondar y comprender la condición humana”. La protagonista de su novela es una hetaira en los tiempos de la crisis de la democracia en la Grecia antigua. El consejero de Cultura, Mariano de Paco, le hizo entrega de su premio.
A caballo entre la literatura, el periodismo y el cine documental ha discurrido la carrera de Jacobo Rivero Rodríguez (Madrid, 1974), que ha sido reconocido con el Premio ‘Manuel Azaña’ de Periodismo por la “originalidad” y la “variedad de fuentes” recopilada para el reportaje La huella de Camarón, publicado en El País Semanal. Rivero ha aprovechado la recogida de su premio, de manos también del consejero de Cultura, para reclamar “una mayor valoración del flamenco como patrimonio”, y para destacar el papel de Alcalá “como ciudad crucial para entender la cultura y la escrituras en nuestro país”.
Pintura y fotografía
En el bloque de las artes plásticas y gráficas, Alejandro Botubol (Cádiz, 1979) ha conquistado con la obra El boomerang de mamá el galardón de Artes Visuales. El manejo “de la luz, la gravedad, el volumen y la resonancia de las formas y el color” ha sido ensalzado en el trabajo de este artista con estudio en Madrid por parte del jurado, que también ha otorgado menciones honoríficas a Julio García Falagán y Vicente Gómez Pérez. “El arte nos ayuda a contar con imágenes lo que nos cuesta decir con palabras”, ha explicado el pintor andaluz, que recogió su premio de manos del edil de Cultura.
En fotografía, el premiado ha sido Vicente Fraga (Pontevedra, 1978) por su trabajo titulado Adeus. Formado en arquitectura e ingeniería, Fraga ha convertido la cámara en su medio de exploración e investigación, que en el caso de la serie premiada despunta por “su evocación y su bella narrativa sobre paisaje y paisanaje”. Un galardón, entregado también por el concejal Santiago Alonso, que el fotógrafo gallego ha entendido como un reconocimiento “a las personas que mantienen nuestra cultura rural”.
Premios alcalaínos
Una edición más los Ciudad de Alcalá también han tenido protagonismo local. Así, el premio de Investigación Histórica que lleva el nombre del recordado Cronista Francisco Javier García Gutiérrez ha sido para su trabajo Los Caracciolos en Alcalá de Henares, obra de Pablo Cano Sanz, que destacó la “singularidad” del edificio de la orden en la alcalaína calle de la Trinidad y que recibió su trofeo de manos del director para las Artes y la Cultura de la Universidad de Alcalá, José Raúl Fernández del Castillo.
El premio de Arquitectura también ha contado con color alcalaíno al otorgarse a la Fundación Antezana por las intervenciones en el histórico hospital de la calle Mayor, que han puesto en valor su puerta antigua y su vieja botica, convertida en centro de recepción de visitantes.
La alcaldesa ha sido la encargada de entregar el premio al presidente de la Fundación Antezana, Asensio Esteban, que ha destacado el carácter único en nuestro país y en Europa de una institución de asistencia con 540 años de historia, forjada y unida a partir de “una argamasa de entrega y solidaridad”.
Y con emotivo sabor local se ha hecho entrega también el premio Valores Cívicos que lleva el nombre del recordado alcalde Arsenio Lope Huerta al Colectivo de Acción para el Juego y la Educación (CAJE), por sus casi cuatro décadas de labor de integración y de convivencia entre la población infantil y juvenil del Distrito II de Alcalá.
Iván Lope, en nombre de la familia Lope Huerta, ha entregado el premio a Jacqueline Trillo, presidenta de CAJE, que junto a dos jóvenes voluntarios del colectivo ha dedicado el premio a “los cinco quijotes” que lo pusieron en marcha en 1984 y al torrencial “caudal humano” que lo ha hecho llegar hasta nuestros días, bajo las banderas de “la participación, la diversidad, la equidad y la inclusión”.