Alcalá. 27 de febrero.- El lunes 19 de febrero falleció en un hospital de Madrid como consecuencia del agravamiento de un proceso tumoral, el doctor Francisco Gilo Valle, pediatra que en Alcalá atendió hasta su jubilación a miles de niños, pero también a muchos adultos desde su consulta en el número 5 del Paseo de los Curas. La medicina es una profesión muy vocacional, pero para el doctor Gilo Valle era mucho más que eso, esa su vida. De hecho ha fallecido a los 80 años de edad y ejerció la medicina hasta hace dos años cuando tenía 78.
Quien conocía al pediatra del paseo de los Curas sabía de su bonhomía. “Era un alma buena”, afirma su viuda, Irene, lo que corroboran muchos de sus pacientes. Varias generaciones han pasado por su consulta privada en Alcalá desde 1977. No todo el mundo podía pagarle pero él nunca dejó de atender a nadie por este motivo, incluso adultos que acudían a su consulta de pediatra en busca de ayuda para ellos mismos; el doctor Gilo Valle nunca negó la atención médica a nadie; siempre tuvo un consejo, siempre ayudó a quien se lo pedía con un tratamiento para su enfermedad.
Se le conoce como pediatra, pero también fue médico en instituciones penitenciarias y anestesista. Francisco Gilo era un hombre muy preparado que no dejaba de formarse como médico para siempre ofrecer a sus pacientes los tratamientos más adecuados. Su viuda y sus tres hijos lloran su pérdida pero lo hacen con el imborrable recuerdo de que el marido y el padre era un hombre bueno que cumplió a lo largo de su vida con su vocación de servicio a los demás.
Una gran perdida. Yo tuve la gran suerte de conocerle en 1980, cuando nació mi primera hija y ya me pareció una persona maravillosa, atento, amable y un gran profesional. En el año 1981, nació mi segunda hija y ha sido el único y maravilloso pediatra de mis hijas.
Luego fue surgiendo una bonita amistad junto a su querida esposa Irene y sus tres hijos igual de maravillosos que él!!
Solo quiero darle las GRACIAS por tantas y tantas cosas que tendría para escribí un libro.
GRACIAS por su generosidad, por su entrega, por su sabiduría, por su cariño, por su bondad y por esa sonrisa eterna.
Millones de gracias Paco, te vamos a echar mucho de menos.
Qué Dios te bendiga y espero que estés muy feliz en el cielo junto a tus seres queridos y a mi niña que tanto cuidaste.
Un beso inmenso para Irene y sus tres hijos.
D.E.P.🙏❤️