Cualquier ocasión es buena para visitar y homenajear a los seres queridos que ya no están con nosotros, pero la festividad de Todos los Santos reviste el carácter especial que le imprime una tradición centenaria y que muchos alcalaínos se dispusieron a celebrar tanto en el cementerio de San Roque como en el Cementerio Jardín.
PUERTA DE MADRID / El Puert@ Digital estuvo en todos los actos que se celebraron en ambos cementerios en tan señalada fecha y, en el caso del Cementerio Jardín, lo primero que pudimos comprobar es que a media mañana los accesos estaban muy concurridos y los aparcamientos llenos. Eran cientos las personas que allí acudieron con flores y objetos de recuerdo para visitar las sepulturas de sus fallecidos y honrar su memoria. Un precioso día de otoño, luminoso y templado, hizo que la jornada fuera aún más lucida y la concurrencia muy numerosa.
Si ya de por sí la belleza del Cementerio Jardín impresiona en cualquier época y día del año, el Día de Todos los Santos el camposanto se vistió con sus mejores galas. Los colores del otoño matizaban los verdes de la exuberante vegetación y el ambiente allí reinante era justo lo que su director, Luis Marco, nos comentó que pretendía en una ocasión tan especial: “huir de la tristeza y rodearse de respeto, alegría y esperanza”.
Muchas familias acudieron con sus miembros más jóvenes que, ilusionados, se dirigían a los mostradores colocados en los senderos del cementerio donde se les ofrecía la posibilidad de escribir sus mensajes en unas cintas que colocaban después en el “Árbol del Recuerdo” y en unas etiquetas que, una vez recogidas, serían colocadas en un pebetero para su quema en el acto vespertino del “Atardecer de las Luces”. Asimismo, allí se entregaban unas semillas para plantar en macetas y recordar al ser querido con el esperanzador mensaje de que la vida, ya sea en forma terrenal o espiritual, siempre se abre paso.