Alcalá de Henares, 13 de noviembre de 2024.- Centenares de fieles han formado largas filas en la iglesia Magistral Catedral para desfilar ante el arca de plata con el cuerpo incorrupto de San Diego, colocada en el altar mayor, que como cada 13 de noviembre fue abierta para la contemplación y veneración de los fieles.
San Diego ha recibido las peticiones de los fieles con respecto a la situación económica de las familias complutenses, y las clásicas plegarias por la salud de los seres queridos, pero este año hubo también un especial recuerdo por las víctimas de la DANA en el este peninsular, especialmente en la provincia de Valencia.
Estampas del santo, fotos de familiares, rosarios, objetos personales para la devoción… Muchos fieles han aprovechado para pasar ante el cristal protector del arca toda una colección de objetos para pedir a San Diego su protección o, en casos más dramáticos, su ayuda ante una situación delicada por culpa de la pobreza y de la falta de recursos económicos, o su capacidad para desde la fe sanar a los fieles como hizo con el príncipe Carlos en uno de los milagros que se le atribuyen siendo ya santo.
Ha sido un desfile constante de fieles ante el arca custodiada por motivos de seguridad por miembros de la hermandad franciscana de Cristo Resucitado, la Virgen de la Salud y el Perpetuo Socorro y San Diego de Alcalá.
El cuerpo incorrupto del santo franciscano, que fue portero del antiguo convento de Santa María de Jesús, donde hoy se encuentra el Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación junto al rectorado de la Universidad, es un tesoro espiritual que debe preservarse para generaciones venideras y que en los últimos años ha tenido un importante incremento en la devoción por parte de los alcalaínos.
Durante todo el día en el templo catedralicio ha habido personas voluntarias de Cáritas Parroquial recogiendo alimentos para distribuirlos entre los vecinos de la parroquia con mayores necesidades. Además de los alimentos no perecederos que se fueron recibiendo en la capilla de San Diego, hubo recogida de donativos para la adquisición por parte de las familias necesitadas de alimentos perecederos como carne y pescado, lujos que cada vez más personas no se pueden permitir por el coste que tienen.
También la hermandad franciscana del Resucitado, Salud y San Diego en su nombre más corto y popular, ha repartido los panecillos de San Diego en el templo catedralicio como un fin claramente benéfico y así poder ayudar también a personas necesitadas.