Por Luis María Compés
Hoy conocemos más de Ana Rossetti, autora con la que podremos conversar el 4 de mayo en la Capilla del Oidor, durante la Feria del Libro de Alcalá de Henares
Buenos días, seguidores de ‘Visibilidad, el gran reto‘, y lectores de El Puerta. Hoy es un maravilloso día para mantener una conversación con una mujer emblemática donde las haya; una escritora admirada y respetada por la calidad de su escritura y el mensaje de los textos. Muy versátil, pues ha escrito en diversos géneros literarios, y si bien es en poesía donde su prestigio alcanza las mayores cotas también destaca en ensayo, teatro, literatura infantil y juvenil… Ya tengo dos tazas de café bien calientes, humeantes y dispuestas para ser degustadas durante la charla. El aroma inunda la estancia. Buenos días, Ana:
Después de tantos años de escribir y publicar libros ¿Queda algún reto pendiente?
¿Algún tema que no hayas afrontado y esté latiendo en tu interior?
Bastantes, pero te señalo uno: Escribir un texto ya sea de poesía o de narrativa que
produzca terror. Terror al estilo gótico inspirado en los relatos del diecinueve. El reto no es solamente el abordar el terror en sí, sino en despertar las mismas emociones que me suscitaba ‘El monte de las Ánimas’, de Bécquer, pero el público que ya está hecho al gore, no se conmovería lo más mínimo así fuera yo Edgar Allan Poe o Ann Radcliffe.
¿Cómo te defines como ser humano que escribe para transmitir emociones y
conocimientos a los demás?
Aún en el supuesto de que ese fuese mi propósito y lo consiguiese eso no quiere decir que fuera una buena persona. Y lo de trasmitir emociones, a ver a qué nos referimos con eso: emoción es también el odio, la ira, la venganza…Hay escritos, o las interpretaciones de ellos, que han sacado lo peor del ser humano.
¿Toda la vida te ha acompañado la necesidad de comunicarte de forma escrita?
¿Es la poesía tu mejor lenguaje para conectar con los demás?
He tenido la necesidad sobre todo de leer. Lo de escribir viene luego; es como poner en orden lo que en la mente está enmarañado. Tenerlo frente a mí me ayuda a reflexionar.
¿Qué representan los premios para una escritora como tú, que ha mostrado siempre un espíritu libre e independiente?
Yo salí de un premio y he sido y vengo siendo jurado de muchos. Les tengo un enorme respeto.
¿Te consideras transgresora con tus escritos?
No. A mí no me han condenado a muerte, ni encarcelado ni me he tenido que exiliar. Mientras haya escritores/as que sean perseguidos y represaliados por sus libros, hablar de transgresión cuando a mí se me han concedido premios institucionales es una frivolidad y una dolorosa desproporción respecto a quienes se atreven a desafiar las leyes o los dogmas por expresar lo que sienten, piensan o es de justicia.
¿Qué otras aficiones acompañan el día a día de Ana Rossetti?
La verdad es que no tengo rutinas. Y disfruto con muchas cosas.
¿Te gusta el contacto directo con los lectores? ¿Te has prodigado en presentaciones y ferias del libro?
Voy a donde se me requiere con mucho gusto, pero principalmente en los institutos es donde he recibido las mayores alegrías.
¿Qué es lo más bonito que te ha dicho un lector?
Lo de los institutos es muy especial. Al cabo de los años, se me ha acercado alguien que me ha dicho lo importante –e incluso determinante- que fue para su vida la visita que hice a su instituto. Esto es mi verdadera recompensa.
Muchas gracias, Ana. Ha sido maravilloso conocer más en profundidad tu forma de ser y estar como escritora y poetisa. Este café ha sabido maravilloso; muy especial. Nos despedimos con un gran abrazo y para los seguidores de Visibilidad, el gran reto, de Notting Hill, y para los lectores de ·El Puerta, abrazos que unen y embelesan.
Luis María Compés