Alcalá, 26 de febrero.- La Audiencia Provincial de Madrid ha iniciado hoy lunes el juicio contra A. G. N., el portero de un bar de copas de Garena Plaza que mató a un cliente de una patada tras expulsarle del local junto a sus amigos. El proceso ha arrancado con la selección del jurado popular que tendrá que dirimir sobre los hechos que rodearon la muerte de Daniel L. S. En el juicio será clave la prueba forense para determinar la causa del fallecimiento. El acusado defiende que lo ocurrido en la madrugada del 5 de marzo de 2022 se trató de un homicidio imprudente al propinarle una patada que le provocó que cayera a plomo y muriera del golpe que se dio contra la acera.
El fiscal y los padres del chico solicitan para el procesado una condena de quince años de cárcel por un delito de asesinato y otro de lesiones. Por su parte, la pareja del fallecido tacha el crimen de asesinato, según han informado fuentes jurídicas, y pide una pena de 21 años de cárcel al considerar que Daniel no tuvo la posibilidad de defenderse. Se apoya en las declaraciones en instrucción de los agentes de la Policía Nacional al asegurar que cuando el chico estaba en el suelo le habría propinado otra patada, lo que apuntaría a un posible ensañamiento.
Esa madrugada, la víctima se encontraba con su novia y unos amigos en un bar de copas de Garena Plaza. Uno de sus conocidos tuvo un desencuentro con los camareros y todos fueron expulsados del local. Ya en el exterior, la víctima quiso mediar entre un amigo y el portero y recibió una patada en la sien que le hizo caer a plomo. Murió tras 30 minutos de intentos de reanimación por parte de los sanitarios del 112. Las cámaras de seguridad de los alrededores grabaron el momento en el que el portero le propinó una patada en la cabeza, lo que hizo que cayera fulminado al suelo. El acusado fue detenido una semana después de lo ocurrido.
En su escrito, la defensa reclama que los hechos se califiquen de homicidio imprudente, por lo que solicita que su cliente sea condenado a cuatro años de cárcel. Mañana, el acusado declarará ante el tribunal, así como los testigos que presenciaron el ataque mortal.
El acusado era el encargado de controlar el acceso en el establecimiento. En un momento determinado de esa madrugada, procedió a expulsar del establecimiento a un grupo de personas a raíz de un incidente que habían tenido con una camarera.
Una vez fuera del establecimiento, y ante la protesta continua de dos ellos por haber sido expulsados, A.G.N. propinó una patada en la cabeza a A.R.R., “la cual hizo que se cayera al suelo”. Seguidamente, con ánimo directo de terminar con la vida de Daniel L.S., de 41 años, le propinó una patada giratoria golpeándole en la cabeza, “lo que hizo que este se desplomara cayendo al suelo”.
A consecuencia del golpe, esta última persona sufrió traumatismo craneoencefálico severo, quien causó “inevitablemente la muerte de forma inmediata”. Asimismo, A.R.R., sufrió un “menoscabo físico” consistente en policontusiones en labio superior, mano izquierda y hemitórax derecho; fractura de huesos propios no desplazada; traumatismo craneoencefálico con pérdida de conocimiento y relajación de esfínteres y cervicalgia.
Hasta el lugar se trasladaron efectivos de la Policía Local así como del Summa-112, que hallaron a Daniel en parada cardiaca. Tras aplicarle técnicas de reanimación durante 30 minutos solo pudieron confirmar su muerte. También atendieron a su amigo, de 47 años, quien presentaba heridas leves y que fue finalmente evacuado al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá. Un tercer amigo también presentaba heridas, pero menores. Los sanitarios también atendieron a la hermana del fallecido, muy afectada por lo ocurrido.
Tras lo sucedido, el portero huyó del lugar. Días después fue detenido por el Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional tras analizar las cámaras de seguridad y hablar con heridos, testigos y responsables del local.