Alcalá, 28 de marzo.- La decisión para una cofradía de suspender su procesión produce un gran dolor, pero más lo produce que por salir a la calle quede dañado un patrimonio que se ha ido incorporando a lo largo de muchos años. No solamente son las imágenes; también son los elementos que conforman un desfile procesional y que además de un valor sentimental tienen un enorme valor económico.
La cofradía de Jesús Nazareno de Medinaceli ha acertado hoy Jueves Santo al suspender su procesión más querida, la que tiñe de su color morado las calles de Alcalá. Con el precedente del regreso a toda prisa de la cofradía hermana del Cristo de los Doctrinos y con la lluvia que a la hora del inicio de la procesión caía en Alcalá, la decisión ha sido unánime a la par que dolorosa.
De este modo la cofradía se ha quedado en el antiguo colegio de Málaga donde ha celebrado un Vía Crucis en el que han participado las autoridades civiles y religiosas, una sección de honores de la Brigada Paracaidista, la Asociación de Veteranos Paracaidistas y la Policía Nacional como esclavos de honor de la cofradía. Entre los asistentes ha habido también guardias civiles, uno de ellos muy conocido, el primer vicealcalde de la historia de Alcalá, Miguel Ángel Lezcano, que ha vestido el uniforme del Instituto Armado del que formó parte hasta su jubilación.
Las imágenes han permanecido expuestas a cubierto para ser contempladas y veneradas desde la calle Colegios.
Durante el Vía Crucis ha participado con música la Agrupación Musical Jesús de Medinaceli.