Más de 200 motos participaron el pasado sábado 7 de septiembre en el encuentro de Vespas de Alcalá. Durante la jornada tuvo lugar una concentración en la plaza de Cervantes, un recorrido por la ciudad y un acto social en la plaza de los Irlandeses, donde se encuentra la sede social del Vespa Club de Alcalá de Henares, organizador del encuentro con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad complutense.
La ciudad de Alcalá de Henares ha vuelto a acoger en el mes de septiembre un encuentro nacional de Vespas, la mítica moto italiana que en 2026 cumplirá 80 años de existencia y que cambió la movilidad con su diseño, sus características y sus prestaciones.
Más de 200 Vespas se concentraron el pasado fin de semana en la ciudad complutense para celebrar un encuentro que ya es tradicional en Alcalá de Henares en el final del verano o el comienzo del otoño, todo ello bajo la organización del Vespa Club de Alcalá de Henares.
Vespalcalá 2024 consistió en una concentración en la plaza de Cervantes, también ya clásica, y que permitió que los alcalaínos pudieran admirar estas motos, algunas muy antiguas y restauradas, otras recientes pero todas con un denominador común: su elegancia y su funcionalidad, que despiertan auténticas pasiones. Además de esta exposición hubo un recorrido por la ciudad y diversas actividades así como un acto social en la plaza de los Irlandeses, donde el club tiene su sede social, concretamente en el establecimiento de hostelería Las Retintas. A este acto asistió la edil Orlena de Miguel en representación del gobierno municipal.
La Vespa, avispa en italiano, es un auténtico icono mundial creado en un país que ama el motor y especialmente las motos. Fue en 1946 cuando la empresa Piaggio creó un vehículo que permitía el desplazamiento motorizado a una mayoría de la población que hasta entonces no tenía posibilidad de desplazarse en vehículos a motor. Hay que pensar que en aquellos momentos Europa e Italia estaban inmersas en el duro período de la posguerra y se necesitaba reconstruir un país y un continente, por lo que hacía falta mucha mano de obra y que los trabajadores se desplazasen de forma cómoda y rápida. Fue en ese contexto en el que Piaggio creó una moto popular, para todo el mundo, que es toda una seña de identidad de la cultura italiana, una moto que no ha cambiado prácticamente desde entonces y que sólo ha ido mejorando sus prestaciones pero, eso sí, manteniendo su icónica apariencia.
Con estos condicionantes, hoy en día las Vespas levantan pasiones en millones de personas y por eso desde muy temprano se crearon clubes que a su vez formaron federaciones para reunir a los amantes de las Vespas y poder compartir experiencias y actividades. Con esas premisas nació el Vespa Club de Alcalá.