Ha llegado el sorteo de Navidad perfecto para el siglo XXI. Un sorteo 3.0 que representa la evolución del sistema hasta hacerlo ‘políticamente’ correcto. Desde luego ha sido el sorteo soñado para mantener la tensión durante cuatro horas y media de televisión, radios y medios digitales en directo.
Los premios han ido saliendo poco a poco y con una clarísimo orden de menor a mayor. Se ha empezado por los quintos premios y aunque quedaban un par de ellos se ha dado paso a los dos cuartos premios, al tercero para dejar para la última media hora de sorteo los dos premios más importantes, el segundo y el Gordo. Las principales cadenas de Televisión se han frotado las manos viendo como en prime time y en directo iban a tener a los agraciados con el sorteo.
Además, los premios, de tan repartidos han sido encantadores; leer la lista de puntos de venta en los que se han repartido varios de los premios, con varias decenas de ellos repartidos por toda la geografía nacional, ha contribuido tanto a la perfección que hasta ha emocionado el espectáculo de la Lotería. Porque es evidente que cuando un único acertante de la Primitiva se ha llevado millones, al primero que no le interesa que se le reconozca es al premiado. Pero si en la lotería de Navidad te han tocado 6.000 euros en un décimo, no hay ningún problema en contárselo a todo el mundo.
Cuando un premio es repartido íntegramente en una misma administración se pierde la magia del sorteo porque una vez que se cuenta la noticia ya no hay mucho más que arrascar. Ahora bien, si los premios tocan a cientos e incluso a miles de personas es una bendición mediática. De los 13 premios importantes del sorteo, sólo uno ha sido repartido íntegramente en una administración, un quinto repartido sólo en Teruel.
Lástima que la manivela del bombo de los números fallara más que una escopeta de feria y que contribuyera a que los negacionistas pongan en tela de juicio la limpieza del sorteo, o que los Niños de San Ildefonso haya estado especialmente torpes al caérseles las bolas. Y que para colmo al final también se fastidiara la manivela del bombo de los premios ¡Qué más da! Es la lotería de Navidad, el sorteo que nos une, y este año hemos descubierto el sorteo 3.0.