Alcalá, 26 de diciembre.- El refugio antiaéreo de la guerra civil en la plaza de Cervantes está en magnífico estado como ya ha publicado El Puert@. Tiene tan excelente estado de conservación que hasta se ha encontrado el antiguo diferencial eléctrico y los interruptores cerámicos que lo iluminaban cuando los vecinos se refugiaban al producirse algún bombardeo.
La excavación del refugio ha sido una apuesta exclusiva del actual equipo de gobierno puesto que no había previsiones de realizar una exvacación arqueológica de este refugio del que se sabía por referencias documentales y testimonios de personas que se encontraba allí.
Y si se ha hecho en estas fechas en la que las fiestas de Navidad llenan la plaza es porque si se quería que la excavación entrara dentro de los fondos europeos y no perder esa subvención, había que hacerlo antes de fin de año.
El artífice de la excavación, el concejal de Patrimonio Histórico, Vicente Pérez Palomar, ya antes de ser elegido edil, y como técnico de la concejalía de Patrimonio Histórico, había recomendado la excavación antes de realizar cualquier obra en el interior de la plaza a fin de al menos conocer en qué estado se encontraba el refugio y documentarlo científicamente.
Esa documentación que ahora se ha podido realizar con la excavación ha abierto debate entre arqueólogos e historiadores. Tiene que ver con las dimensiones del refugio y de lo que se ha investigado en el archivo municipal donde al parecer se habla de la construcción de un refugio para 1.000 personas en la plaza de Cervantes.
Sin embargo la estancia excavada tiene una longitud de 40 metros y dos metros y diez centímetros de ancho y otros dos metros y diez centímetros de alto. Es decir, la superficie del refugio es de 84 metros cuadrados y ahí era imposible que cupieran 1.000 personas. El debate abierto es si el refugio tiene continuidad por lo que habría que seguir excavando, o si era ese habitáculo. Se sabe que tenía dos entradas por lo que los técnicos se inclinan por el hecho de que lo encontrado es lo que se construyó y que no habrá más por lo que lo de el millar de personas sería una previsión antes de su construcción y que la realidad fue mucho más modesta.
Lo que sí se ha podido demostrar en la excavación fue la utilización de sillares de la antigua iglesia de Santa María en la misma plaza de Cervantes, sillares que se ven perfectamente en el refugio que sobre todo destaca por la solidez. Al término de la guerra se tapió y ahí ha continuado la vida pasando con toda la actividad de la plaza. Baste decir que hoy la maquina refrigeradora para la pista de hielo se encuentra justo encima del refugio, lo que indica la resistencia que tiene. Auténticamente a prueba de bombardeos.