Alcalá de Henares, 28 de diciembre de 2024.- Las expectativas y el nivel han ido descendiendo al tiempo que se iba modificando el proyecto original. El edificio construido en el campus de la Universidad de Alcalá en el que el gobierno de España desembolsó 50 millones de euros, estaba llamado a ser el centro de referencia internacional en la investigación de las enfermedades neurológicas. Era el que se iba a denominar Instituto de Medicina Molecular Príncipe de Asturias (IMMPA) e iba a estar acompañado en la parcela colindante del Instituto Cajal. Es decir, Alcalá de Henares iba a ser la sede de la investigación neurocientífica de referencia en Europa y en todo el mundo, al menos cuando se concibió en 2005, cuando se iniciaron las obras en 2008 y cuando finalizaron en 2010. Pero a partir de ahí comenzaron a rebajarse las expectativas.
La puntilla definitiva a este macroproyecto que ponía a Alcalá en el centro de la investigación médica la ha puesto ayer viernes el convenio para la creación del Consorcio Centro Nacional de Neurotecnología en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid en Cantoblanco, en la capital, muy cerca del término municipal de Alcobendas. La ‘inocentada de Alcalá’ de 1835, se revive 189 años después en una nueva afrenta a la ciudad complutense.
Según la nota oficial, la Comunidad de Madrid ha firmado el convenio para la creación del Consorcio Centro Nacional de Neurotecnología. El consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana rubricó este acuerdo junto a la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant y la rectora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Amaya Mendikoetxea en el Campus de Canto Blanco, donde tendrá su sede.
El Gobierno regional invertirá 78 millones de euros hasta 2037 en esta iniciativa
para el estudio del cerebro humano, con unas instalaciones que persiguen
convertirse en referencia internacional en el desarrollo de nuevos avances a
través de la integración de las neurociencias, la inteligencia artificial y sus
implicaciones éticas.
Este proyecto contará con un presupuesto total de 200 millones y se ubicará
junto al Parque Científico de Madrid y algunos de los centros más prestigiosos
de España y del mundo en esta materia, como los Institutos Madrileños de
Estudios Avanzados IMDEA Nanociencia y Alimentación, y del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas y la UAM como el Centro de Biología Molecular
Severo Ochoa, el Nacional de Biotecnología, los institutos de Física Teórica y de
Ciencias Matemáticas, entre otros.
El programa ha sido diseñado por un equipo liderado por el director del Centro
de Neurotecnología de la Universidad de Columbia en Nueva York, Rafael
Yuste, junto con el profesor de Ingeniería Eléctrica y Neurociencia de la
Universidad de California-Berkeley, José Carmena, y el catedrático de
Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, Álvaro
Pascual-Leone.
Lucha contra el Parkinso, Alzheimer y Trastorno del Espectro Autista
Su principal objetivo es diseñar herramientas tecnológicas que estén basadas
en los fundamentos de cerebro humano. Éstas se pondrán al servicio de la
sociedad con gran impacto en áreas como la salud y la lucha contra
determinadas patologías clínicas, como enfermedades crónicas en estados
iniciales, trastornos del neurodesarrollo incluyendo el trastorno del espectro
autista (TEA), así como el parkinson, alzheimer, la depresión, los trastornos del
sueño, dolencias del ritmo cardiaco o secuelas tras el daño cerebral agudo y
adquirido.
Igualmente, se busca la fundación de empresas que transformen el potencial de
los resultados de investigación generados mediante el establecimiento de
acuerdos y cofinanciación en proyectos y en la explotación comercial de los
resultados, como son las patentes y otros resultados de interés comercial. En
este proyecto tendrá una importancia destacada el departamento que velará por
los aspectos éticos y jurídicos asociados a la evolución de la nueva
neurotecnología.
Mientras tanto el edificio en Alcalá sigue vacío y abierto a rodajes cinematográficos
Mientras el gobierno de España y el de la Comunidad firmaron flamantemente este convenio dotado inicialmente con 278 millones de euros, el edificio terminado en el campus de la Universidad de Alcalá sigue vacío. Se argumentará que está constituido ya el Centro de Neurociencia Cajal, y que hay que darle tiempo al tiempo. Se argumentará que una cosa es la Neurociencia y otra la Neurotecnología. Pero lo que está claro es que se van a cumplir quince años de la finalización de las obras del edificio y aún sigue sin actividad y que lo que iba a ser el centro puntero de la investigación de las enfermedades neurológicas, todo lo más va a ser un centro secundario porque lo importante va a estar definitivamente en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid.
Al menos, que alguna película que se ruede en el edificio de los 50 millones consiga un Óscar porque parece difícil que salga un Nóbel.