Alcalá de Henares, 14 de diciembre de 2024.- Cientos de alcalaínos queman en la hoguera de Santa Lucía lo inservible siguiendo la tradición; el trasto, lo viejo para iniciar un nuevo ciclo con el solsticio cuando los días empiezan a ser más largos. Hoy se quema aquello que no nos gusta, que nos produce desazón, que nos impide a nosotros o a la sociedad que vayamos mejor. Se quema las catástrofes, los dramas que nos inquietan, lo que nos perjudica. Y esto año no ha sido como hasta ahora la Asociación Cultural de Hijos y Amigos de Alcalá quienes han decidido qué quemar, sino que han permitido que cientos de alcalaínos que se han congregado ante la hoguera, quemara lo que ellos mismos quisieran anotándolo en unos cuadernillos de papel y de madera para que con sus ‘trastos’ propios ardieran en el fuego purificador.
Los Hijos y Amigos de Alcalá han nombrado prendedora a la presidenta de la cofradía de la Virgen del Val, Gema García Merino, hija del cronista de la ciudad que recuperó esta tradición ancestral. Fue José García Saldaña, quien recordó a los Hijos y Amigos de Alcalá esta ancestral tradición entregándoles la vara con la que se atizó el fuego de las últimas hogueras que se apagaron con el cambio en la sociedad complutense al crecer y convertirse en una gran ciudad con el desarrollo industrial. José García Saldaña guardó aquella vara como un símbolo del pasado de Alcalá y esa es la que enciende la hoguera desde la recuperación de la misma por parte de los Hijos y Amigos de Alcalá en los años noventa del siglo XX.
Por tanto la prendedora reúne esa doble condición, la de presidir la cofradía de la patrona, pero también la de ser hija del cronista oficial, colaborador habitual del semanario PUERTA DE MADRID y siempre defensor de la historia y las tradiciones complutenses. Además, Gema García Merino es presidenta también de la cofradía de Santa Lucía que ella misma y otras personas tratan de recuperar, un tercer elemento que justifica sobradamente su nombramiento como prendedor puesto que esta cofradía está renaciendo en la ermita de Santa Lucía, que como la propia Gema García Merino recordó, fue la primera sede que tuvo el Ayuntamiento de Alcalá de Henares. La hoguera se encontraba a pocos metros de la ermita de la patrona de los invidentes y de las costureras y modistas.
Encuentro de dulzaineros
Lo que es indudable es que la hoguera de Santa Lucía se ha convertido en la puerta de entrada a la Navidad en Alcalá, o mejor dicho, en el salón, puesto que con el inicio cada vez más tempranero de la celebración navideña, la hoguera ya es un acto consolidado en estas fiestas. Además la aportación que hace el encuentro de dulzaineros que organiza el grupo Pliego de Cordel es esencial porque sin la ambientación de la música tradicional que ponen los dulzaineros y tamborileros la hoguera sería un acto más.
Este año con la novedad del festival de folk de Santa Lucía el círculo se sigue completando con elementos que hacen crecer esta celebración tan tradicional como consolidada. A este respecto el encuentro de dulzaineros reunió a unas 55 personas de toda España que pusieron su música en la plaza de Cervantes y en el itinerario desde ésta a la calle de la Tercia donde estaba la hoguera.
Y con la música estuvo el baile en el que participó la alcaldesa Judith Piquet, danzando a los sones del pasodoble de Alcalá. Es tan alto el número de personas que acudieron a ver la hoguera que cada vez queda menos espacio entre la ermita de Santa Lucía, la lonja de la Magistral Catedral y la plaza de los Santos Niños para un evento cada vez más querido. Y esto es debido, por supuesto a los Hijos y Amigos de Alcalá, sin duda alguna, pero de manera muy especial a José García Saldaña, el padre de la prendedora de este año, quien como en tantas veces ocurrió durante su vida, contribuyó de forma decisiva para que no se perdiera una parte de la historia popular de Alcalá.