Alcalá de Henares, 6 de noviembre de 2025.- La Fuente de los Cuatro Caños vuelve a ocupar el espacio central de su plaza, recuperando el protagonismo histórico que tuvo durante años. El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha llevado a cabo su reubicación aprovechando los trabajos de mejora del eje urbano de la Avenida de Guadalajara, lo que ha permitido dignificar el entorno, mejorar el espacio público y devolver a la fuente su papel como hito patrimonial y punto de encuentro vecinal.
Desde el año 2019 la fuente había quedado desplazada a un lateral, prácticamente
oculta y sin relación con la plaza. La intervención realizada recupera su visibilidad, su
función simbólica y su valor como elemento identitario del barrio.
Un elemento con historia y arraigo vecinal
Instalada inicialmente en 1834 en la zona norte de la plaza de Cervantes, fue
trasladada en 1874 a la plaza de San Diego, frente a la fachada de la Universidad en
la zona más cercana a la actual biblioteca. A mediados del siglo XX se instaló en la
Puerta de los Mártires, dando nombre no oficial a este lugar desde entonces, que
pasó a ser conocido como plaza de los Cuatro Caños precisamente porque la fuente
contaba con cuatro caños de agua para el suministro en esta nueva ubicación. En
1968 la fuente fue retirada y demolida, siendo recuperada con una réplica de la
original -realizada por el arquitecto José María Málaga en 1991- que se instaló en el
lugar tradicional que había ocupado previamente. En 2019 fue desplazada al fondo de
la plaza y descontextualizada de su entorno. Con esta actuación la fuente vuelve a
ocupar el lugar privilegiado que se merece en el centro de la plaza, y se recupera la
memoria de generaciones de alcalaínos. Ha sido un viaje de ida y vuelta de apenas 26 metros.
Vicente Pérez, concejal de Patrimonio, ha subrayado que “la recuperación de la
Fuente de los Cuatro Caños no es un gesto aislado: es una decisión consciente de
devolver a nuestros barrios su memoria. Esta fuente formaba parte de la memoria
colectiva de generaciones de alcalaínos y hoy vuelve a ocupar el lugar que nunca
debió perder.”
Asimismo, ha añadido que “aprovechando las obras de mejora del entorno, hemos
reordenado la plaza para que la fuente vuelva a ser visible, accesible y reconocible.
Estaba escondida, arrinconada y sin sentido urbano. Ahora vuelve a ser un punto de
referencia y encuentro para los vecinos.”
Y ha concluido afirmando que “cada actuación en la ciudad debe servir para cuidar
nuestro patrimonio, fortalecer la identidad de los barrios y mejorar la calidad de vida.
La Fuente de los Cuatro Caños vuelve a presidir la plaza y vuelve a formar parte de la
vida diaria de Alcalá.”
Ajetreada historia
El investigador José Carlos Canalda habla en sus trabajos de la ajetreada historia de la fuente. Asimismo, la historiadora Pilar Lledó Collada se refiere a los antecedentes de la fuente y los sitúa en el siglo XVI siendo una de las obras del urbanista Cardenal Cisneros, que decidió instalar una fuente para el consumo humano de agua y para el de caballerías en la entonces plaza del Mercado, hoy plaza de Cervantes. Esa fuente estuvo en la parte más septentrional de la plaza entre las calles Libreros y Mayor.
No se trataba de una fuente ornamental, ni mucho menos. Era una fuente de servicio como así ha ocurrido en la mayor parte de su historia y es ahora, desde finales del siglo XX hasta la actualidad, cuando tiene ese carácter ornamental si bien se puede beber agua de la misma. Hay que entender que hasta bien entrado el siglo XX no había agua corriente en la mayor partes de las viviendas de Alcalá y ésta había que tomarla de las fuentes públicas que en muchos casos tenían también la función de abrevadero para las caballerías.
Fue en 1845 cuando se diseñó la fuente con su apariencia actual y quedó instalada en la plaza de Cervantes, aunque sólo con dos caños. Por entonces el lugar en que se ubicaba se conocía como la ‘esquina de los peces’ puesto que permanecía casi siempre encharcado. La fuente, desde sus orígenes cisnerianos, aprovechaba el viaje de Villamalea, captación de agua clave para la ciudad que suministraba agua del subsuelo complutense en zonas no contaminadas por los pozos negros.
La redondilla
Cuando en 1874 cuando la fuente se trasladó a la plaza de San Diego, frente a la fachada de la Universidad, los alcalaínos comenzaron a conocer aquel espacio como ‘la redondilla’ por la forma del vaso de la fuente, con el monolito de caños en el centro del círculo.
‘La redondilla’ finalizó a mediados del siglo XX. En 1949 se produjo un nuevo traslado de la fuente, este junto a la Puerta de Mártires entre la calle Libreros y la avenida de Guadalajara. Fue entonces cuando se le pusieron los otros dos caños para que la fuente adquiriera ya definitivamente el nombre de Cuatro Caños. Ocupó el lugar de una antigua fuente, la de Lucena, desmantelada en 1897 siendo sustituida por un abrevadero.
En 1968, cuando el agua corriente había llegado a todos los domicilios, la fuente perdió gran parte de su utilidad y se decidió desde el Ayuntamiento su derribo para ampliar el espacio. Lo que no pudo evitar quien tomó la decisión es que los alcalaínos siguieran denominando a la plaza como la de los Cuatro Caños, por más que la fuente ya no estuviera allí.
Con la remodelación llevada a cabo en 2019 con motivo de las obras en la calle Libreros se decidió el traslado de la fuente junto a la fachada del Edificio Cuatro Caños, algo que no gustó a muchos alcalaínos que consideraron que aquel era un castigo ya que se ponía la fuente “contra la pared”.
















































