Alcalá de Henares, 1 de febrero de 2025.- La cofradía de Santa Águeda del Centro Castellano-Leones de Alcalá celebrará mañana domingo 2 de febrero la festividad de la santa que representa la determinación de la mujer ante el poder del hombre, la primera santa feminista porque el cristianismo la considera protectora de las mujeres. La tradición vuelve en la fiesta de Santa Águeda y las mujeres toman el poder en Alcalá como símbolo de su determinación.
Se trata de un símbolo más aún teniendo en cuenta que por segunda vez en la fiesta de Santa Águeda será una mujer, Judith Piquet, la alcaldesa democráticamente elegida, la que cederá la vara de mando de la ciudad a Sara Martín Alonso como alcaldesa durante ese día en presencia de la mayordoma Pilar Gómez González.
La festividad complutense de las Águedas se celebra en muchos lugares de España, sobre todo en Castilla y León y de manera muy especial en la localidad segoviana de Zamarramala, donde es fiesta de interés turístico nacional.
Los actos programados comenzarán a las 11 de la mañana con la misa en el centro de comunidades. A las 12 habrá degustación de dulces y vinos de Castilla León en el propio centro. A las 12’30 comenzará la procesión con la imagen de Santa Águeda acompañada por música de dulzainas y bailes tradicionales. El recorrido será Ronda de Pescadería, Empecinado, plaza de los Santos Niños, calle Mayor y plaza de Cervantes.
A las 13’30 será la recepción de la alcaldesa en el Ayuntamiento donde se celebrará el acto de entrega de la vara de mando de la ciudad. Una vez concluido el acto la
comitiva regresará al Centro de Comunidades para celebrar una comida
posteriormente en el restaurante La Cúpula.
Santa Águeda de Catania fue una virgen y mártir según la tradición cristiana. Su día se celebra el 5 de febrero tal y como establece el santoral. Fue una joven siciliana de una familia distinguida y de singular belleza que vivió en el siglo III. El senador Quintianus intentó poseerla aprovechando las persecuciones que el emperador Decio realizó contra los cristianos. El Senador fue rechazado por la joven que ya se había comprometido con Jesucristo. Quintianus intentó con ayuda de una mala mujer, Afrodisia, convencer a la joven Águeda, pero esta no cedió.
El Senador en venganza por no conseguir sus placeres la envía a un lupanar, donde
milagrosamente conserva su virginidad. Aún más enfurecido, ordenó que torturaran a la joven y que le cortarán los senos. La respuesta de la luego Santa fue “Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?”. Aunque en una visión vio a San Pedro y este curó sus heridas, siguió siendo torturada y fue arrojada sobre carbones al rojo vivo en la ciudad de Catania, Sicilia (Italia). Además se dice que lanzó un gran grito de alegría al expirar, dando gracias a Dios.
Según cuentan el volcán Etna hizo erupción un año después de la muerte de la Santa en el 250 y los pobladores de Catania pidieron su intervención logrando detener la lava a las puertas de la ciudad. Desde entonces es patrona de Catania y de toda Sicilia y de los alrededores del volcán e invocada para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes. También se recurre a ella con los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. En general se la considera protectora de las mujeres. En el País Vasco se le atribuye una faceta sanadora. Es la patrona de las enfermeras. Se la ha representado en el martirio, colgada cabeza abajo, con el verdugo armado de tenazas y retorciendo su seno. También sosteniendo ella misma la tenaza y un ángel con sus senos en una bandeja o ella misma portando la bandeja con sus pechos.
La escena de la curación por San Pedro también se ha representado.
A menudo se la representa como protectora contra el fuego, con lo que lleva una
antorcha o bastón en llamas, o una vela, intentado extinguir el incendio.