Alcalá de Henares, 24 de diciembre de 2024,- No es una novedad que Alcalá es una ciudad belenista consolidada por el magnífico trabajo que vienen desarrollando desde hace muchos años los belenistas complutenses. Por eso es ya una tradición que se viene repitiendo año tras año el que un pequeño belén presida el punto más alto de la geografía complutense, el cerro del Ecce Homo, cuya cumbre en forma de meseta se encuentra a 836 metros sobre el nivel del mar mientras que la altura del casco urbano complutense en la plaza de Cervantes, según la placa existente en el propio Ayuntamiento, es de 587 metros.
Todos los años el grupo de caminantes de la Asociación Cultural de Hijos y Amigos de Alcalá hace una caminata senderista hasta lo alto del cerro para allí colocar un belén y cantar villancicos. El colocar ese belén ha permitido que la Asociación Complutense de Belenistas se haya sumado a esta tradición con entusiasmo y por eso miembros de la misma participan en la subida junto con los caminantes de los Hijos y Amigos de Alcalá colocando en las ruinas de una de las ermitas, concretamente en el muro de la ermita del Ecce Homo que da nombre al cerro, un pequeño belén que permanecerá allí y ante el que los atletas complutenses se reunirán el día 1 de enero después de hacer la subida al trote.
El cerro del Ecce Homo tiene interesantes restos arqueológicos como un castro carpetano de la Edad del Hierro que se asentó sobre un asentamiento de la Edad del Bronce. Pero lo más llamativo son los restos de tres ermitas que hubo en lo alto del Cerro, la de la Vera Cruz que ante la ausencia visibles se percibe su planta románica, la del Santa Sepulcro, soterrada, y la del Ecce Homo, de la que permanece muy dañado el muro septentrional.