Alcalá de Henares, 17 de enero de 2025.- La Policía Nacional sigue trabajando en la investigación del crimen del Chorrillo. El grupo V de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid continúa sus pesquisas para lograr la detención del autor de los disparos que acabaron el pasado lunes 13 de enero con la vida de Jesús B.J., feriante de profesión y de 49 años de edad. Las líneas de investigación son dos: la del crimen por cuestiones económicas, y la de la motivación más personal relacionada con cuestiones familiares o sentimentales, según las fuentes policiales consultadas.
Sí se ha podido conocer por parte de Elpuerta.com que fue Gabriel, el propietario del bar Moya, quien avisó al 112 en primer lugar. Acaba de salir del establecimiento para retirar las tazas que habían quedado depositadas de una consumición efectuada poco antes cuando un vecino le dijo que en el callejón había una persona tendida en el suelo.
El propio Gabriel reconoce que sí que escuchó un ruido pero que nunca lo atribuyó a disparos. Pensó que podrían haberlo efectuado niños al pasar por el callejón. En definitiva, no le dio importancia. Fue instantes después al retirar las tazas cuando comprobó lo que le había dicho el vecino, que había un hombre tendido junto a su bar.
En un principio no pensó en que se tratara de un asunto grave. Incluso trató de ayudar al hombre a levantarse y le dio palmadas, según ha comentado a Elpuerta.com. Llamó al teléfono de emergencias 112 pero lo peor fue cuando vio la sangre y casquillos de bala, de lo cual informó a los agentes policiales. Los efectivos de la Policía Local fueron los primeros en acudir; al recibir el aviso se encontraban cerca y no tardaron en llegar al escenario del crimen. También llegó Protección Civil y la Policía Nacional y las asistencias médicas de emergencias.
Gabriel, el propietario del Bar Moya, no vio alejarse a nadie del lugar, ni a pie, ni en coche; no vio ninguna huida, siendo las pesquisas policiales y la visualización de cámaras de seguridad de la zona las que apuntan como sospechoso a un individuo que salió del callejón y huyó en un coche por la avenida de Daganzo.
A partir de ahí avanza la investigación; el fallecido residía en el mismo bloque de viviendas en que se encuentra el bar Moya. Los testimonios de familiares y amigos de la víctima son fundamentales para el esclarecimiento del caso, que según las mismas fuentes policiales puede tener una pronta resolución. Lo que va a tardar mucho más en acabar va a ser la consternación en el barrio y el dolor en la familia del fallecido.