Alcalá de Henares, 15 de diciembre de 2024.- El Belén Viviente del Palacio Arzobispal ha entrado por la puerta grande en la programación navideña como un acontecimiento multitudinario. Miles de personas han pasado ayer sábado 14 de diciembre por la tarde noche, y hoy domingo 15 por la mañana hasta el mediodía por el patio de armas del Palacio Arzobispal para contemplar la representación del misterio del Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde pesebre de la ciudad de Belén, un belén viviente en el que las únicas figuras eran las de los animales para no herir ninguna susceptibilidad, y en el que la presencia de Cristo era real, a través del Santísimo Sacramento de la Eucaristía que ocupó el lugar en el portal de Belén junto a sus padres, la Virgen María y San José.
La expectación y presencia de fieles y espectadores fue mayor que el año pasado a pesar del frío. Hubo que destacar a lo largo de las dos jornadas largas colas para entrar en el patio del palacio arzobispal puesto que la entrada era en grupos no superiores a treinta personas para ir viendo con comodidad cada una de la decena de escenas que compusieron la representación y que suponían para los asistentes un recorrido por la vida cotidiana de Belén de Judea a través de lo que nos narran los textos de los Evangelios desde la Anunciación a los Pastores hasta el Nacimiento del Niño Jesús.
En la realización, producción y representación del Belén Viviente, organizado por la Escuela diocesana de Evangelización intervino un centenar de personas, todas voluntarias que pusieron su trabajo desde la fe en poner en marcha el Belén Viviente este año con un criterio nuevo que ha sido el de prescindir de alquileres de carpas y elementos escénicos y decorativos, para realizarlos por parte de los propios voluntarios o adquirirlos para que queden como un patrimonio que se pueda utilizar en las próximas ediciones.
No es este Belén Viviente una representación teatral al uso sino que es un acto de evangelización, una escenificación que lleva directamente a la oración. Por eso dos sacerdotes realizaban confesiones al término del recorrido para aquellas personas que desearan el perdón de sus pecados tras adorar al Santísimo en el Portal de Belén.
Una a una se iba haciendo el recorrido por las distintas escenas, desde el empadronamiento con las autoridades romanas que estaban el Belén de Judea, cuyos soldados fueron bendecidos por cierto por el obispo, pasando por la Anunciación del Nacimiento a los Pastores, y por la vida cotidiana de Belén, con la frutería, la tahona, la alfarería, el pozo que es el centro de la vida social en la representación, la posada donde no hubo alojamiento para la Sagrada Familia, y con el puesto de las castañeras antes de llegar al humilde pesebre donde poder adorar al Hijo de Dios como hicieron los humildes pastores, y como hicieron los más altos dignatarios que fueron los Reyes Magos.
A la entrada, para amenizar la espera en la cola, se interpretaron villancicos, y a la salida hubo una degustación gratuita de buñuelos fritos con azúcar, flamantemente denominados, dulces de Belén.
El obispo de Alcalá, Antonio Prieto, asistió a la representación realizando el recorrido junto con el tercer teniente de alcalde, Gustavo Severien.