Alcalá de Henares, 10 de enero de 2025.- Unas 8.000 personas sufrirán depresión durante 2025 en Alcalá de Henares. El 13 de enero se celebra el día mundial de lucha contra la depresión para sensibilizar, orientar y prevenir a la población sobre esta enfermedad, cuyas cifras aumentan de manera desproporcionada en el mundo.
La depresión es un trastorno complejo que influye en el estado de ánimo, el pensamiento, el comportamiento y la función física, y se caracteriza por una profunda tristeza, pérdida de interés, cambios en el apetito y el sueño, fatiga, sentimientos de culpa y dificultades en la concentración.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma significativa a la carga global de morbilidad. Se estima que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo más prevalente en mujeres que en hombres.
Entre los principales rasgos característicos de la depresión se destacan tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana (anhedonia), aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio.
En cualquier caso, se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento. No se trata de un simple decaimiento en el estado de ánimo o emocional, ya que puede conllevar al surgimiento de otras enfermedades como estrés, fobias, ansiedad, trastornos obsesivos y en el peor de los casos conducir al suicidio.
Influye notablemente la composición genética y el funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales, definidos como aquellas sustancias químicas que ayudan a la transmisión de mensajes entre las células nerviosas del cerebro.
La depresión constituye un reto para la salud pública, ya que su prevalencia es muy alta: el número de personas que la sufren a lo largo de su vida se sitúa entre el 8% y el 15%. 350 millones de personas sufren depresión en el mundo.
Según la OMS, en la actualidad, la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. En Europa, representa más del 7% de la mortalidad prematura.
En España, el riesgo de que la población general desarrolle, al menos, un episodio de depresión grave a lo largo de la vida es casi el doble en mujeres (16,5%) que en hombres (8,9%), mientras que el porcentaje de personas que padece anualmente la enfermedad es del 4%.
Diferentes trabajos publicados cifran en un 50% los trastornos depresivos que no reciben tratamiento o no el adecuado (psicofármacos o psicoterapia o combinación). En estudios españoles como el estudio SCREEN los trastornos depresivos se encontrarían en cerca del 20% de los pacientes atendidos en Atención Primaria.
Hasta el 43% de los pacientes abandona el tratamiento y otro porcentaje importante no lo cumple como le ha sido prescrito. Los datos señalan que cada episodio depresivo incrementa la probabilidad de una recaída posterior. Aproximadamente, un 60% de los pacientes que ha sufrido un episodio depresivo presenta al menos una recurrencia a lo largo de su vida.
Los síntomas de la depresión
Los síntomas nucleares de la depresión son la tristeza patológica, la pérdida de interés o placer en casi todas las cosas y una disminución de la vitalidad.
Además, pueden aparecer otros síntomas, como los sentimientos de culpa o de incapacidad, la irritabilidad, el pesimismo ante el futuro, las ideas de muerte o de suicidio, la pérdida de confianza en uno mismo o en los demás, la disminución de la concentración y la memoria, la intranquilidad, los trastornos del sueño y la disminución del apetito y de la libido, entre otros.
Los síntomas cognitivos como los problemas de concentración, falta de atención, dificultad para encontrar las palabras, enlentecimiento mental y dificultad en la toma de decisiones son algunos de los síntomas persistentes más comúnmente referidos en la depresión, incluso en pacientes con criterios de respuesta al tratamiento o remisión. Además, los síntomas cognitivos se asocian a una peor evolución del paciente y a un aumento de la carga clínica y económica.
Conviene recordar que tristeza o melancolía no son sinónimos de depresión. Los períodos de tristeza o melancolía son inherentes a la experiencia humana. La tristeza es un sentimiento normal, pero puede llegar a ser patológica en función de su duración, intensidad y grado de interferencia en la conducta y la vida cotidiana de la persona.