Alcalá de Henares, 16 de octubre de 2025.- La Fundación Antezana ha celebrado hoy su fiesta grande de aniversario en el que ha conmemorado 542 años de existencia desde que el matrimonio formado por Luis de Antezana e Isabel de Guzmán fundaron con su capital el Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia o de Antezana según el testamento otorgado por el matrimonio en 1483, ratificado por bula del papa Sixto IV. Este testamento está fechado el 18 de octubre de 1483, y en él nombra a su fundación heredera de todos sus bienes y estipulando que el nuevo hospital se asentara en la parte más importante y suntuosa de su casa palacio de Alcalá de Henares, situada en la calle Mayor.
La Fundación presidida por Asensio Esteban celebró su fiesta anual con la entrega de distinción y diplomas a colaboradores siendo la comparsa de gigantes, que este año cumple 500 años, la principal galardonada por lo que respecta a la sociedad complutense. Asensio Esteban hizo entrega del diploma de colaboradores de honor a la comparsa cinco veces centenaria, como la propia Fundación de Antezana, representada por sus directores, Eduardo Escolar y Javier Flores. Hay que recordar que en sus desfiles por Alcalá la comparsa siempre acude con cariño al hospital de Antezana para llevar un poco de alegría a sus residentes. “Su presencia en esta casa nos recuerda que la historia se celebra desde la fiesta, desde la sonrisa, desde el calor popular. No en vano, y desde los inicios, esta casa ha sido testigo del poder sanatorio que tienen la alegría y la felicidad”.
Especialmente emotivo fue la entrega del diploma especial dedicado al historiador e investigador especialista en heráldica, Francisco Delgado, por su contribución en la recuperación del escudo de la fundación. Delgado falleció hace unos meses y fueron sus hijas quienes recogieron el diploma.
La entidad hizo entrega del premio María de Murga, que fue una de las primeras enfermeras que se profesionalizó en el hospital de Nuestra Señora de la Misericordia en el siglo XVI, algo que denota lo avanzado de una institución pionera en muchos aspectos de la historia de la sanidad. Este premio fue otorgado a otras dos profesionales que realizan su trabajo de cuidados a las personas ingresadas en la institución. Se trata de Dorina Mirón y de Andreea Szönyi que recibieron el reconocimiento de manos de la directora asistencial del Hospital, Natalia Vizoso. “Con su entrega diaria, con su ilusión, con su esfuerzo y dedicación hacen posible que en esta residencia se sienta el calor de un hogar”, dijo Asensio Esteban.
Y también hizo reconocimiento al trabajo de dos de sus colaboradores más estrechos, los encargados de la promoción turística de la institución, Enrique Pérez y Anabel Servando. “Contribuyen con su trabajo, su iniciativa y su compromiso a que el legado de esta fundación siga vivo visible y abierto sl mundo”, afirmó el presidente de la Fundación.
Al acto asistió una importante representación de la sociedad complutense encabezada por el rector de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, y por el tercer teniente de alcalde, Gustavo Severien, en representación de la alcaldesa, Judith Piquet, todavía convaleciente de sus problemas de salud.
“Celebramos el 542 aniversario del Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia-Fundación Antezana, el primer hospital universitario testimonio vivo de unión entre la ciencia, la asistencia y la docencia. Modelo de estructura y gestión hospitalaria de los que, pocos años más tarde, se construirán en Nueva España en los albores de la medicina humanista”, dijo en su discurso institucional Asensio Esteban que también dijo de la Fundación que preside que “siempre ha estado vinculada a la Academia, formando y acogiendo a los más ilustres médicos y catedráticos de Castilla, desarrollando junto a éstos la farmacia y la enfermería”.
Según Esteban, la esencia de la Fundación es ser un espacio donde la compasión se hace ciencia, donde la fe se convierte en servicio y donde el conocimiento se transmite con ilusión. Hoy, como hace más de cinco siglos, seguimos siendo un lugar donde se cuida y se enseña, donde conviven la historia y el futuro, donde la tradición se renueva cada día en el trabajo de quienes forman parte de esta gran familia”.
El acto concluyó con la Tuna de la Universidad de Alcalá haciendo su entrada para cantar el Pasodoble de Alcalá, el himno oficioso de la ciudad, así como el ‘Que viva España’, coreados ambas canciones por los asistentes.

















































