Alcalá de Henares, 24 de enero de 2025.- ¿Dónde están los rumanos que llegaron a hacer de Alcalá de Henares una de las ciudades con mayor número de inmigrantes del país balcánico en España? El descenso abrupto de esta población no deja de llamar la atención porque desde hace once años es constante. La respuesta es la misma que se puede dar cuando se trata de explicar el descenso del número de polacos en Alcalá, que fue antes de que comenzara a caer el número de rumanos, con la única diferencia de que los balcánicos llegaron en muchísimo mayor número a Alcalá de Henares con respecto a los eslavos, que eso sí, tiene el honor de haber sido el primer gran colectivo de inmigrantes extranjeros en la ciudad complutense.
Uno de cada diez alcalaínos era de origen rumano en 2014
Los datos del padrón municipal de habitantes son elocuentes. Al inicio de este año 2025 residen en Alcalá un total de 203,643 habitantes, de los que 12.362 son de origen rumano, una cifra que no ha dejado de descender desde 2014. A principios de ese año, es decir, hace once, se alcanzó en la ciudad complutense el pico de mayor número de inmigrantes rumanos empadronados. Concretamente se rozaron los 22.000, y para ser más precisos, constaban como empadronados 21.892 personas cuyo origen era el país balcánico.
Por entonces la diáspora rumana tenía a España como principal punto de llegada por encima de Italia si bien poco a poco el país transalpino llegó a desbancar a España como primer destino de los emigrantes rumanos.
La elección de España no era casual. España ofrecía trabajo, sobre todo en el sector de la construcción debido a la burbuja inmobiliaria y a la llegada de importantes fondos europeos para hacer obra pública. Pero además España les ofrecía una buena calidad de vida y un coste de la misma inferior al de otros países europeos. Aquellos eran argumentos poderosos.
La razón por la que se quedaban en Alcalá tiene que ver con los argumentos antes mencionados pero también con otro mucho más curioso. Ahí influye la llegada de los primeros inmigrantes rumanos. Venían por carretera, por la A-2, y se encontraron que la primera ciudad importante de la Comunidad de Madrid era Alcalá. Ellos ya sabían que los precios de los alquileres de viviendas en Madrid eran prohibitivos y aquí eran mucho más asequibles.
Los pioneros rumanos asentados en Alcalá eran un poderoso reclamo. En la ciudad complutense había trabajo y buenos servicios públicos como la educación, la sanidad, el transporte, etc. A finales de los noventa y principios del siglo XXI los autocares procedentes de Rumanía llegaban llenos hasta Alcalá. La mayor parte de ellos procedían de Transilvania, y sobre todo de la Alba Iulia, queobruja era la capital de la antigua Dacia romana y que acabó hermanada con Alcalá de Henares. Pero no sólo eran de Transilvania. También llegaron de Valaquia, de la capital, y de las regiones del este como la Moldavia rumana y como la Dobruja, es decir, la región del Delta del Danubio con Constanza como capital en la ribera del mar Negro.
El punto de inflexión
Así ocurrió hasta 2014 en que se alcanza el punto de inflexión. Esos casi 22.000 rumanos representaban un 10’6 por ciento de la población complutense. Es decir, uno de cada diez alcalaínos era rumano de origen. Se trataba de una población joven en edad fértil que por supuesto comenzó a tener descendencia en Alcalá. En el hospital Príncipe de Asturias eran habituales los nacimientos de niños y niñas rumanas. Atención a este dato porque es fundamental y que enseguida les vamos a recordar.
El 1 de enero de 2007 Rumanía ingresa en la Unión Europea y supone un cambio esencial en el país. Sin embargo los ansiados fondos europeos llegarán de forma importante en los siguientes años por lo que entre 2007 y 2014 siguen llegando rumanos a Alcalá. Es a partir de 2014 cuando en el país balcánico comienzan a realizarse importantes obras públicas que requieren de mano de obra cualificada.
El cóctel se completa con los efectos de la crisis económica y el estallido de la burbuja inmobiliaria. En Alcalá se toca fondo en febrero de 2013 cuando se llega a casi 22.000 paradas. El coste de la vida sube de forma importantes, sobre todo los alquileres. Ya no hay tanto trabajo como antes y los sueldos no son lo que eran, sobre todo si los gastos son mucho mayores. “La gente no es tonta. Ve que en nuestro país hay trabajo y que en algunos se paga mejor que en España. La construcción de autopistas, por ejemplo, requiera mucha mano de obra y los sueldos son más altos que ahora mismo en la construcción en España”, confesaba a Elpuerta.com un rumano residente desde hace años en Alcalá. En general el coste de la vida es menor en Rumanía, sin embargo los precios también están creciendo allí “y hay productos que ya están más caros que en España, pero lo esencial está más barato”.
Ya no llegan autocares
Así pues ya no llegan autocares y muchos de los que llegaron por carretera ahora regresan en avión, o en su propio vehículo comprado en España. “Es lo mismo que les ocurrió a los polacos”, comenta este mismo rumano que vive en Alcalá. La diferencia es que los polacos no llegaron a superar las 4.000 personas en Alcalá pero hoy apenas llegan al millar.
¿Quiénes se quedan?
Los rumanos que se quedan en Alcalá son los que han echado raíces. Son en gran medida los que han tenido hijos en la ciudad complutense y están escolarizados, muchos ya en la Educación Secundaria pero también algunos que están ya en la Universidad. Son los que con un buen trabajo e ingresos fijos se atrevieron a comprar un piso y se hipotecaron. Son también los que montaron negocios propios, como por ejemplo comercios.
Entre los rumanos pocos dudan que seguirá descendiendo su número en Alcalá. En once años hay 9.620 menos, es decir, el 43’7 por ciento menos de los que hubo. Pero serán más los que regresen a su casa.
